Una cenicienta de nuestros días. Eso es Lavinia Valbonesi, una joven chonera de vida sencilla y recursos limitados que se defendía sola hasta que conoció a su príncipe azul, el político heredero de la mayor fortuna del país. Junto a él, se ha convertido en la esposa del más joven presidente del Ecuador. La nueva Primera Dama.
Mariana Romero F.
Del cuento de La Cenicienta se podrían equiparar algunos hechos con la realidad que vive esta bella joven. Hay elementos comunes: su infancia con restricciones, un cantón con pobreza, la llegada de su príncipe azul y finalmente, su próxima mudanza a un Palacio. Y tiene apenas 25 años.
No tenía ni siquiera 16 años de edad cuando Lavinia Valbonesi Acosta, empezó a hacerse conocida en las redes sociales. William Herrera, director de la agencia de modelos que lleva su nombre, la vio por primera vez en un social de la revista Caras 2015, inmersa en un grupo de italianos residentes en el Ecuador, cuando todavía era una estudiante de colegio y la buscó para llevarla un primer desfile de modas en el Policentro.
Es hermosa, por esa mezcla de origen italiano de su padre y la belleza chonera de su madre Gloria Acosta. Además, es sobrina de una reina de la provincia de Manabí, Consuelo Acosta. Todas nacidas en Chone, esa parcela donde se cosechan mujeres bellas como es el caso de Camila Marañón, Rosibel Zambrano, Rocío Cedeño, presentadora de televisión, Lucía Hernández Quiñonez, que fue Miss Ecuador 1977, entre otras bellezas de esa tierra manabita.
William Herrera recuerda que Lavinia fue en su adolescencia “un poco tuquita” pero él, la tenía en la mira para el evento de moda del año. Había aplicado a varias agencias sin mucho éxito, según contó su mamá. Y vino el Designer Book de María Susana Rivadeneira, y la ex miss Ecuador le pidió a Herrera, le facilite la contratación de rostros nuevos para su desfile anual en Plaza Lagos. Con el uniforme del Liceo Panamericano, llevó a Lavinia a presentarla y Rivadeneira que es una dama prudente, en primera instancia, la descartó amablemente sin decírselo a ella, pues su carita lavada, evidenciaba algo de acné, y sus medidas no eran lo que ella buscaba proyectar. “Deme otra oportunidad de traerla producida” dijo William. Y dos días después, la llevó con un traje adecuado, maquillada, pestañas postizas, tacones y la hermosa joven manabita salió a deslumbrar como lo ha hecho hasta hoy, por su carisma, porte y ese arrojo, propio de quienes quieren triunfar.
El potencial que siempre vio William Herrera le sirvió a ella para darse a conocer en los medios. Con sus primeros trabajos invirtió en su propia producción, compró los mejores maquillajes, destacando siempre sus ojos color ámbar. Al principio le ponían ropa suelta, para disimular su talla de caderas amplias y una vez que adquirió seguridad, el manager quedó a un lado para iniciar en solitario su propio desafío.
De adolescencia rebelde
Lavinia fue una hija deseada. Aunque sus padres no llegaron a casarse, fruto de su relación concibieron a su hija. Nació un 8 de abril en la clínica Champágne de Chone. Su madre cuenta que nació de pie y que su médico le dijo que eso conlleva un gran poder espiritual y mucha suerte en la vida.
Sus nombres de Angela Lavinia, los lleva por su abuela materna y Lavinia se lo puso su padre italiano, que significa hija de rey y esposa del más valiente de los soldados troyanos, Eneas. Visitaba a su padre Furio en vacaciones, pues él atendía su propio restaurant Mutinny en Galápagos. “Por parte de madre le digo, que somos una familia numerosa. Lavinia tiene 11 tíos por parte de los Acosta, 25 primos y su abuelo aún vive. Nosotros orgullosamente tenemos raíces montubias», cuenta su madre.
Lavinia había estudiado en la escuela Giuseppe Garibaldi y el bachillerato en el Abdón Calderón, para graduarse finalmente en el Liceo Panamericano de Samborondón. Fue una mediana estudiante, aunque habla tres idiomas. Según cuenta su madre, la formó fuerte para que la chica brillara con luz propia. Señaló también que Lavinia posee una gran fortaleza para encarar la adversidad. “Me siento orgullosa de haber sido para ella, padre y madre”. Gloria, consumada deportista, es licenciada en Filosofía y Letras pero vendía para defenderse varios productos como ropa, alhajas y comida preparada. Hoy vive en Miami, ciudad en la que llegó como ilegal hace siete años, trabaja en casa de una familia húngara y hace dos meses contrajo matrimonio con el ciudadano norteamericano Michael Wrigth.
Lavinia fue una niña feliz, activa y vivaracha. Nunca durmió en otra casa. “Un día hice el esfuerzo por comprar una vivienda en la urbanización Málaga Dos. Después de un tiempo y por la difícil situación del país, emigré a Estados Unidos, desde donde pago las mensualidades de mi hogar, hasta el día de hoy. Yo dejé en mi casa y bajo un techo a una Lavinia formada de 18 años, siempre acompañada de mi hermana. Me siento segura por la hija bien educada que dejé, pero ella quiso independizarse pronto y a los pocos meses se mudó”, relata Gloria.
La nutrición se convirtió en su derrotero. Ella, con el carácter fuerte de su padre, buscó por dónde encaminarse. Como señala William Herrera, transcurrió tan solo un año, para que se haga estrella de las redes y se reinvente, porque siempre pensó en grande. Tiene 259 mil seguidores y hace pocos años, la revista Hola la seleccionó para su portada, nombrándola como una de las cinco modelos top del Ecuador.
La diseñadora Patricia Klein la define así. “Su estilo es boho minimalista. Es el vivo ejemplo de la mujer de hoy: capaz de abrirse camino para lograr sus objetivos. Tiene facha, potencial y es muy bonita».
Hizo muchos cursos y empezó a propagar la vida sana, que le permitió darle un giro rotundo a su imagen. Para Carlos Mera, diseñador de su provincia Manabí, ella es atemporal y sobria. “Considero que está perfecto su estilo, como para convertirse en una Primera Dama. En todas sus facetas proyecta seguridad, no es nada extravagante. No veo excesos en su forma de vestir. Esa dulzura y gestos refinados con los que se manifiesta suenan reales y le sumará puntos al nuevo Presidente. Aparte, de que tiene el mejor referente de elegancia y saber estar: su propia suegra Anabella».
Tiempo atrás tuvo cierta controversia en redes, porque la acusaban de imitar a Sascha Fitness, una influencer venezolana a la que admira y que es su referente. Ni los dimes y diretes con Rossana Queirolo, coach de salud integral, por las fotos de un platillo de dieta de su local Gourmet Market, la amilanaron. Ella se manifiesta fuerte e invencible y nada enturbia su camino, aunque se exalte Queirolo, considerada en su tiempo como la señora más guapa y saludable del Ecuador.
Su alto grado de exposición mediática como influencer nutricional, hizo que el político Daniel Noboa la busque para solicitar asistencia y consejos, con el propósito de bajar de peso. (Estaba bien gordito, dijo ella a los medios). Con la nutrición como motivo de acercamiento, y un tímido Daniel que buscaba a su “Jackie Kennedy” que lo impulse, se inició esta relación de amor que terminó en matrimonio, con un niño Alvarito, de casi dos años. Y otro en pancita, que según ha dicho Lavinia, nacerá en Carondelet.
Lavinia ha sido, sin duda, en el más grande puntal de la campaña del joven Daniel, con marcada amabilidad y cercanía asombrosa con el público de a pie, tanto en persona como en las redes. Esa cercanía que no se había palpado desde la recordada María Eugenia de Febres Cordero.
El electorado ya lo decidió. Así, esta pareja de 25 y 35 años que proyectan ser el relevo que los jóvenes piden, iniciarán la era del Camelot ecuatoriano.