Si el 2014 tuvo un récord, éste se marcó en el gasto de fondos públicos para fiestas gratuitas en prácticamente todas las capitales provinciales del país. Como nunca antes, este año quedó marcado con espectáculos de la categoría de Sting, en Quito, y Carlos Vives, en Guayaquil, en donde no se cobraron las entradas al público, sin que eso signifique que hayan sido gratuitos.
Costaron, y bastante. Solo en las fiestas de Quito y Guayaquil se gastaron el año pasado alrededor de 9,5 millones de dólares de fondos públicos, en una suma que hizo La Historia del portal de Compras Públicas, en donde constan los contratos firmados para darle diversión al pueblo. Pero otras ciudades, y de acuerdo a sus presupuestos, no se quedaron atrás. Fue un año de grandes eventos.
No faltaron motivos para celebrar. El dinero salió en su mayoría de los municipios, pero también se notó el aporte de gobernaciones -destacando la del Guayas- y de algunas prefecturas. En ciertos casos, se utilizaron fondos privados.
Quito lidera la lista de festejos contratados en 2014 y que constan en el portal de Compras Públicas. En total, $5 millones que el Municipio liderado por el alcalde Mauricio Rodas invirtió especialmente en la celebración de diciembre, marcada por el concierto Quitonía, que costó $2 millones -con Sting de plato fuerte- pero además el festival Surrumba, que resultó ser el más concurrido y a un costo de $881.120. Pero en la larga agenda de las fiestas capitalinas todo tiene su costo: desde la serenata al presidente de la República -$12.500- hasta los piropos que se dijeron en un festival: $10.714.
Un porcentaje menor de estos $5 millones corresponde al alcalde anterior, Augusto Barrera, que estuvo hasta mayo, pero que en 2013, para hacer un comparativo, contrató festejos por alrededor de $1,5 millones, principalmente porque su cartel de artistas, de perfil menos mundial, significó un gasto mucho menor.
En segundo lugar está Guayaquil, ciudad a la que la permanente pugna política entre municipio y gobierno le ha significado tener shows por partida doble. A la agenda festiva municipal, siempre sale al frente la del gobierno. De hecho, la gobernación del Guayas ha sido más generosa. En el 2014, el gobernador Rolando Panchana gastó $2.7 millones para diversos espectáculos, del nivel de Carlos Vives, Tito El Bambino, Olga Tañón y Raúl di Blasio, contratados para el programa de octubre. Pero el gobierno no celebra solo la independencia, sino su fundación y hasta la provincialización del Guayas. El último espectáculo lo dio el casi retirado cantante español Dyango el pasado noviembre, por un monto de $240.000.
La antecesora del gobernador Panchana, Viviana Bonilla, destinó en 2013 $760.914 para festejar a Guayaquil, un poco menos de la cuarta parte.
El municipio de Guayaquil no se queda atrás. La administración de Jaime Nebot contrató $1.700.000 en actos festivos a lo largo de todo el año. Desde el carnaval, el fin de la temporada playera, el día de San Valentín -$150.000-, el día de la Madre, la fundación, la independencia, hasta concluir con el festival navideño y la gran fiesta el fin de año. Los artistas que contrata el municipio son más económicos en sus tarifas de los que trajo este año el gobierno en Guayaquil.
En la lista sigue Ambato, con $1 millón, para su promocionada fiesta de las Flores y las Frutas, en Carnaval, con un importante detalle: es el festejo que cuenta con la mayor cantidad de auspiciantes privados del Ecuador, que hacen sus aportes económicos. La edición 2015, que ya arrancó en noviembre, tiene hasta ahora 23 marcas y probablemente terminen uniéndose más. Otro punto a tomar en cuenta es que no todos los espectáculos que se ofrecen en la capital del Tungurahua son gratuitos.
Machala sigue en el cuarto lugar. Esta ciudad puede considerarse la pionera en ofrecer grandes conciertos gratuitos, cuando estuvo liderada por Carlos Falquez Batallas. Todavía se recuerda en esta ciudad el show de 2013 de Marco Antonio Solís (que cobra $450.000 por un concierto de dos horas, según medios mexicanos), al que el propio alcalde afirmó que asistieron más de 200.000 personas, en el antiguo aeropuerto. Falquez siempre dijo que esos espectáculos no le costaban nada al municipio, porque venían de aportes de la empresa privada. «Me dijeron, porqué Marco Antonio Solís, que es un artista tan importante y que será difícil de conseguir. Para Machala, nada es imposible y Machala se lo merece», dijo orgulloso el político en la misma tarima que cantó El Buki.
Ahora que está su hijo, Carlos Falquez Aguilar, la cartelera de 2014 tuvo otro nivel, con Eddie Santiago y Américo, de estelares. Aún así, Machala se destaca en los festejos: acude de invitada la Miss Universo al pregón de junio, y en Navidad, se precia de tener el árbol más grande y también el más caro del país, pues poner el ambiente navideño en la capital bananera del mundo cuesta $365.000 sin IVA. En total, en Machala se invirtió $967.362 en distintos contratos festivos.
Cuenca, pese a sus sonadas fiestas, aparece con un monto de contratos bajo en el portal de Compras Públicas. En una de las últimas sesiones del Concejo para aprobar el presupuesto 2015, se discutió subir el monto destinado a las fiestas de $240.000 que consta en 2014 a $350.000 para el 2015. Y esto tuvo sus reparos. El concejal Marco Ávila cuestionó ese incremento y sugirió que ese dinero vaya destinado a los grupos de atención prioritaria. La concejal Monserrath Tello lo apoyó y recordó que hay eventos que son privados, como la elección de la reina de ciudad.
Otras ciudades que destacaron por sus festejos fueron Santo Domingo, Santa Elena, Esmeraldas, Azogues, Quevedo, Manta, Milagro, Durán y Macas, hasta donde llegó el afamado Prince Royce, por gestiones del prefecto de Morona Santiago, Marcelino Chumpi.
Y dos fiestas a los que acuden miles de ecuatorianos tienen presupuestos municipales bajos: el carnaval de Guaranda apenas tiene un aporte de $64.800 y la famosa fiesta de la Mama Negra de Latacunga cuenta con $50.000 del cabildo, fundamentalmente porque es financiada por las personas escogidas para representar a la corte que desfila por las calles en noviembre.
Para 2015, los anuncios son optimistas en gastos de fiestas. El alcalde de Quito Mauricio Rodas adelantó que el próximo año se reforzará el festival Quitonía para que alcance el nivel de los afamados Rock al Parque de Bogotá o Viña del Mar. Dentro del propio municipio capitalino esto ya tuvo sus reparos y las consiguientes renuncias. Esta semana, del 12 de enero, se confirmó la renuncia de la Secretaria de Cultura Mariana Andrade y de su equipo más cercano. Uno de sus integrantes, Miguel Alvear, director de Creatividad, Memoria y Patrimonio explicó a El Comercio los motivos de sus salidas. «En pocas palabras, y de manera simple: la nuestra es una visión de cultura que tiene que ver con el desarrollo; y la otra, la dominante, es una visión de cultura que tiene que ver con espectáculos y acontecimientos».