Como un mensaje cifrado. El pasado 5 de octubre, el salsero portorriqueño Jerry Rivera o «El Cara de Niño», posteó en sus redes sociales una foto con la compañía del reguetonero Yandel y del abogado guayaquileño Alembert Vera, quien también fue defensor, junto a su padre Gutemberg, del ex presidente del Ecuador, Rafael Correa. La foto fue captada en Miami, meses atrás, pero ahora cobra especial relevancia.
Vera le dijo a La Historia que es amigo del artista y, eventualmente, podría ser su abogado en el caso que no haya acuerdo en el reclamo de una indemnización por el aparatoso accidente que sufrió en el cantón Milagro, durante el evento de la elección de su reina, hace más de un mes. Un evidente caso de negligencia de quien era responsable de poner la tarima para el show. En este caso la responsable y contratista del municipio era Carmen Elizalde Calderón, mamá del gobernador de Santa Elena, David Sabando Elizalde. La señora tenía su RUC habilitado para vender alimentos y aún así, terminó organizando el evento galante. Pero a doña Carmen nunca la conoció Jerry Rivera, quien fue contactado por el promotor Rafael Salcedo, según dijo el manager del artista, «Rayito» López. Con Salcedo ya habían trabajado antes. Una tercerización de contrato, a toda luz, según lo detalla la nota publicada en el medio internacional Primera Hora.
El problema es que el elevador de la tarima con el cual salió al escenario Rivera por escasos segundos, se vino abajo, con todo y artista. El accidente le causó una grave lesión en su pierna y la operación fue necesaria, en Miami, Florida. La recuperación plena se calcula en dos meses y ese tiempo significan quince presentaciones canceladas para el cantante. Una pérdida de dinero que alguien tiene que cubrir.
Alembert Vera espera que el caso no llegue a los tribunales y que se compense al artista. El asunto es que la alcaldesa de Milagro Denisse Robles se adelantó para aclarar que el municipio no contrató a Rivera, sino a la madre del gobernador de Santa Elena. Y es así. Lo único que deseó Robles fue una pronta recuperación para Jerry y hasta habló de la posibilidad de que regrese a Milagro para presentar su show. Pero ni una palabra de una eventual indemnización. Si eso no ocurriera, Vera está listo para actuar. Y eso que dice que también conoce a Denisse, la alcaldesa. Pero ahora está con su amigo Jerry.
MÁS CONCIERTOS, MÁS VOTOS
Para muestra, basta un botón. Cada vez, más gobiernos locales contratan artistas internacionales para que canten gratis, al aire libre, sin que a los ciudadanos les cueste un centavo. Eso de que es gratis, es una forma de decirlo. En realidad, a los ciudadanos les cuesta una buena parte del presupuesto de los municipios o prefecturas que contratan a los artistas. La ecuación es sencilla: más artistas o artistas más caros significan menos obras. Y, con el tiempo, el cartel de las estrellas que llegan se ha ido elevando.
Hay que reconocer a uno de los pioneros de esta idea: el ex alcalde de Machala y actual asambleísta por el Partido Social Cristiano, Carlos Falquez Batallas. Cuando estuvo al frente de la alcaldía machaleña, se le ocurrió montar un gran espectáculo al aire libre, como acto central de las fiestas de cantonización de la ciudad, en junio de cada año. Comenzó con Willie Colón, siguió con Gilberto Santa Rosa, pasó Olga Tañón, entre otros, hasta que en 2013 decidió dar un salto cualitativo: Marco Antonio Solís. Su hijo Carlos Falquez Aguilar heredó el cargo de alcalde y la misma costumbre de la gran fiesta. El año pasado trajo al sensual colombiano Maluma y este año estuvo nada menos que el portorriqueño Daddy Yankee con su éxito «Dura». Un espectáculo que costó USD 650.000 según reveló el joven alcalde Falquez Aguilar. Siguiendo la costumbre de su padre, el socialcristiano acepta donaciones de empresarios privados -de los que no dio sus nombres- para financiar estos shows. Aún así, no alcanzó para cubrir el costo del reguetonero: USD 300.000 salieron del presupuesto machaleño. La diferencia fue producto de la generosidad de los empresarios.
Los dos alcaldes Falquez sacan a relucir el beneficio para la ciudad, para los machaleños. Según ellos, es el ingreso económico por el ingreso de turistas, por el movimiento generado. Lo han dicho sin presentar cifras concretas. Se jactan también que logran reunir en estos eventos a casi 300.000 personas, provenientes de algunas partes del país y hasta de Perú, todo un récord de asistentes.
Esa cifra preocupa a Christian del Alcázar, promotor de conciertos y espectáculos, representante de la empresa Top Shows. Y compara: «A nosotros, para conciertos a los que asistirán 15.000 personas, nos exigen una serie de requisitos, por temas de seguridad. Quisiera saber que normas de seguridad les exigen a este tipo de eventos. Y si los están cumpliendo». Hasta ahora, no han pasado mayores incidentes en estos conciertos masivos, que ni siquiera, en el caso de Machala, se realizan en un local adecuado. Se hacen literalmente, al aire libre, en una explanada de terreno ubicada en un barrio popular. Al empresario le parece que se está abusando de la suerte, pues los riesgos están ahí. «Es como una bomba de tiempo. En algún momento puede explotar».
En el cantón Santa Rosa estuvo a punto de explotar el pasado mes de agosto, según lo reconoció el propio organizador, el alcalde Clemente Bravo, quien trajo al baladista venezolano Ricardo Montaner. El asunto fue que Montaner se sintió inseguro con las condiciones que le ofrecieron para dar su show y se negó a salir al escenario. Entonces intervino Bravo, quien reconoció que tuvo que pedir a la Policía y a los militares presentes que amenacen con meter preso al artista, si insistía en no presentarse. Solo así lograron persuadirlo. En Santa Rosa hubo incidentes, numerosos robos y vulneración de la zona de seguridad para el artista. Todo por USD 360.000 que costó el espectáculo. Fue como una alerta.
LA FIEBRE SE CONTAGIÓ POR TODO EL PAÍS
El ejemplo de Machala fue inmediatamente copiado por otros políticos. Ahora prácticamente no hay ciudad en la que no haya shows gratuitos con artistas de mediano o alto presupuesto. Este portal lo viene reportando desde 2014, cuando estuvo de gobernador del Guayas el ex reportero Rolando Panchana, uno de los más gastadores a la hora de montar espectáculos: «Las fiestas por USD 2,7 millones del gobernador Panchana».
Como se estila en estos contratos, las personas que son adjudicadas no son las que contratan directamente a los artistas. De hecho, en el portal de Compras Públicas no se encuentra un solo contrato en los que conste el nombre del artista internacional que está adquiriendo el compromiso de presentarse. Ni uno solo. Por las calles de Ecuador han pasado Maluma, Daddy Yankee, Carlos Vives, Marco Antonio Solís, Nacho, y una larga lista con más nombres, pero en el portal de Compras Públicas no hay ni rastro. Solo aparecen contratos con el asunto general de la fiesta. Y aquí Christian del Alcázar hace notar algo más: «Nosotros nos responsabilizamos del pago del impuesto a la renta de todos los artistas que contratamos. En estos casos, ¿están pagando los impuestos que corresponden? ¿El SRI lo está cobrando?», pregunta el promotor.
TODO QUIEREN GRATIS
Octubre es un mes intenso. El 5 de octubre cantó «gratis» en pleno Malecón el venezolano Nacho, contratado por el Banco del Pacífico -estatal- y la Empresa Municipal de Agua Potable, es decir, el dinero salió de fondos públicos. Todo por las fiestas de Guayaquil. Ese mismo día, en otro sector, por el sur, el municipio armó un festival salsero. Fiestas gratis para escoger.
Por estos días se conoció un hecho anecdótico: el español Melendi se negó a venir a Piñas, en la provincia de El Oro, cuando se enteró que se trataba de una ciudad pequeña, alejada de las grandes urbes, según confirmó a La Historia un vocero del municipio. El asunto se saldó rápido, con una decisión pragmática: contrataron a la popular Natti Natasha, mucho más popular que el europeo con sus éxitos «Justicia» y «No me acuerdo». Hay que anotar que, en el caso de Piñas, se cobrará entrada al show que se realizará dentro del estadio. En otras partes también se ha implementado esta modalidad mixta: el gobierno local subsidia, pero no cubre todo el costo de los espectáculos. Así vino a cantar el colombiano Carlos Vives a Riobamba el pasado mes de abril, contratado por la Prefectura de Chimborazo.
El asunto ha rebasado los límites para los empresarios como Del Alcázar, que ven preocupados una afectación a los espectáculos privados que ellos organizan. Este año, sostiene, ya se han notado las repercusiones, por la cancelación de algunos conciertos debido a que no se vendieron las entradas calculadas. Pero el grupo de quienes se consideran afectados es más amplio.
Las redes sociales han sido el espacio que encontraron los inconformes para manifestarse. Uno de ellos es el recordado baladista ecuatoriano Darwin, autor de éxitos de los 70 y 80, como «Recuerdo aquel tiempo».
Darwin es tajante con el tema: «Los políticos invierten un porcentaje en artistas de gran renombre internacional para justificar lo que se han llevado ilícitamente. Entonces el pueblo los alaba, por la grandeza del Alcalde o el Prefecto. Mientras al artista local le pagan migajas. Protesten todos los días, las redes sociales son las armas más mortíferas y los políticos les tienen pánico», escribió en Facebook.
El cantante de «Yo esperaré, tu cambiarás», fue más allá. «Denuncien a esos mojigatos empresarios que esperan hasta quince horas con ciertos alcaldes y prefectos y hacen suculentos contratos con artistas que cobran USD 700.000 y de allí dejan una buena troncha a los corruptos».
El tema no queda allí. La vida nocturna, que también mueve la economía, está pagando las consecuencias. Al menos esa es la queja que hay en Machala. Max Miranda Santos vivía de las presentaciones en vivo en los bares y dice que ahora sus ingresos han bajado el 50% respecto de lo que ganaba antes. Esto, porque los bares y restaurantes con música en vivo bajaron sus presupuestos para los solistas y grupos, por la sencilla razón que los asistentes no quieren pagar. «El machaleño quiere todo gratis», resume Pato Zambrano, integrante de una banda.
A puertas de una campaña electoral más, que cambie este panorama se ve poco probable. Pero Christian del Alcázar ya piensa que es hora de poner un freno al gasto sin control de fondos públicos para estos fines. Se supone que estamos en crisis fiscal.