Es una tarde calurosa de viernes y los estudiantes del Liceo Naval esperan en el coliseo techado del colegio Eloy Alfaro de Durán la llegada del pianista argentino Raúl Di Blasio, contratado por el gobernador Rolando Panchana para la campaña contra las drogas «Revolución Preventiva«.
Lo reciben con un aplauso efusivo. Di Blasio los saluda y comienza la función.
-Chicas, chicos, primera pregunta, ¿quien no conocía a Raul Di Blasio? Levanten la mano.
Todos la levantan y ríen.
-No les da vergüenza, en serio, ¡todos! ¿Hablaron con sus mamás y sus papás?… ¿No les dijeron: mañana voy a tener que ir a escuchar un pianista que se llama Raul Di Blasio?
Unos responden: sí, otros: no.
-¿Y más de un papá me conoció o no?
-Nooo
– (Risas) Ahora no me conocen, dentro de una hora no me van a dejar ir.
En la hora y media que dura la charla, el pianista habla de su vida, obstáculos y éxitos, toca el piano tres veces e interactúa con los estudiantes. Pide, por ejemplo, que un chico tome una rosa y se la entregue a alguna compañera. Invita a otro chico que toque con él, y, al resto, que le hagan preguntas También pide que proyecten imágenes de una pequeña casita de ladrillo en Zapala, su pueblo natal, donde empezó a estudiar el piano a los siete años.
La modestia no es uno de los temas de este evento. «Después de 20 años de carrera artística, he recorrido y tocado en los escenarios más hermosos, los teatros más adecuados, el teatro que yo quiero, la orquesta que yo quiero…si ustedes creen amigos, amigas, que para mí es necesario estar aquí, en este colegio, bajo este sol abrasador, bajo condiciones que no son las adecuadas, si ustedes creen que es necesario para mí, no, no es necesario, es fundamental, lo más importante».
Los chicos que están sentados en la parte delantera prestan atención, los del fondo conversan gran parte del tiempo de otra cosa. “No necesito y no quiero y no me interesa si les gusta mi música o no, pero si me interesa mucho que me valoren y me respeten por el esfuerzo y la tenacidad. No hay límites para alcanzar lo que quieras cuando lo haces con convicción”, enfatiza Di Blasio sobre un sencillo escenario que lo componen un piano, un teclado -que lo utiliza su hijo Estéfano-, un acordeón y una pantalla para proyecciones. “¿Ustedes creen que yo sabia a los 7, 8 años que me iba a convertir en el piano de América, que iba a vender más de 15 millones de discos, que iba a grabar con los artistas más importantes de la historia?”.
En la charla motivacional, poco se habla de las drogas. Motivo de la campaña que encabeza la Gobernación del Guayas y cuyo titular, Rolando Panchana, contrató por $1,8 millones (incluido el IVA) a la empresa H.D.C. Producciones para organizar 60 charlas de Di Blasio en la provincia. Fue un contrato por invitación directa que se firmó el 11 de noviembre pasado, un día después de que la empresa presentara su propuesta. H.D.C. Producciones contaba con un capital suscrito de $800 que aumentó a $100.000 el 7 de noviembre, según registra la Superintendencia de Compañías, es decir, cuatro días antes de formalizar el acuerdo con la gobernación.
Bajo este contrato, cada charla de Di Blasio le cuesta a la gobernación del Guayas $30.000.
De las drogas, el pianista argentino hizo dos referencias y dio un mensaje al final. La primera fue más bien una anécdota, que ocurrió en octubre pasado durante un almuerzo que compartió con el presidente Rafael Correa, el gobernador Panchana y unos 200 estudiantes de Guayaquil. Entonces el Presidente se le acercó…
-Me tomó del brazo así, con mucha fuerza, con mucha pasión y me dijo con lágrimas en los ojos: ‘Ayúdanos porque se acaba de morir un chico de 13 años’
-¿Cómo, debido a qué?
-Por abstinencia. Nos faltan centros de rehabilitación, nos faltan muchas cosas…
El presidente se refería al adolescente Juan Elías, de 13 años.
Según el pianista, por ese gesto del presidente y una charla posterior que tuvo con el gobernador Panchana, aceptó unirse a la Revolución Preventiva. Dijo que Panchana estaba al tanto de las charlas motivacionales que da en México y que se lo pidió de tal forma que no se pudo negar. «En el pedir está el dar», insistió.
La segunda referencia sobre drogas fue una vivencia: «Siempre he tenido la fortuna de tener la fortaleza de cuando me han ofrecido droga, donde sea que voy, he dicho: No, Gracias. Por ese tengo el derecho y la capacidad de estar aquí con ustedes «. Y su mensaje final, un pedido: «No me interesan sus aplausos. Yo lo que espero más que aplausos de ustedes, es que los jóvenes y las jóvenes que están aquí, cuando vean a alguien que venga y les diga quieren probar (droga), tenga la fuerza de decir no… Y me gustaría que en homenaje a este día, cuando vean un amigo que se está drogando vayan y le digan: ese no es el camino».
Durante el evento, el artista no solo mostró fotos de su pueblo, también de sus amigos de la infancia, que según contó, lo reciben con gran entusiasmo en cada visita, le preparan un banquete y le piden que les cuente sus anécdotas y viajes, «porque la única manera que tenemos de viajar por el mundo y de crecer es a través de tus ojos”, le dicen. También habló de amigos más conocidos como Juan Gabriel y Marco Antonio Solís. Y con un video grabado junto al Buki, despidió a los chicos.
En todo caso, de los resultados está muy optimista el gobernador Panchana. A la fecha de esta publicación, 22 de enero, todavía no se cumple ni la mitad de las 60 charlas, pero el funcionario expresa satisfacción. «Con el trabajo coordinado de la Revolución Preventiva hemos logrado alejar a cientos de menores de edad del camino de las drogas», dijo el 8 de enero, sin especificar de dónde saca esas conclusiones. Enfatizó, eso sí, que a las tareas de control de drogas en los colegios y la disuasión, le sigue otra etapa, en donde entra el pianista argentino. «La fórmula que estamos desarrollando junto a Raúl Di Blasio es de motivación para sacarlos del mal camino».