La venta del diario El Comercio de Quito fue el rumor del 2014 más persistente, nunca desmentido, y el año termina con capítulos que lo dejan como un hecho en firme. Una venta cierta.
Un secreto a voces se suele decir, y este podría ser uno de esos casos. Ciertos detalles se comentaban en círculos políticos y periodísticos, gobiernistas o no, cuando la mayoría de las acciones seguían bajo el control de Guadalupe Mantilla, la heredera de tercera generación del diario que fundaron los hermanos Mantilla Jácome, en 1906. Eso era a mediados de este año, cuando visitaba el país Ignacio Barrera, identificado como el enviado para cerrar el negocio más importante que se haya dado de un medio de comunicación del Ecuador.
Barrera, un hombre experto en contenidos para televisión, tuvo múltiples reuniones. Y es uno de los hombres de mayor confianza de Remigio Ángel González, mexicano de 70 años, reconocido como propietario de alrededor de treinta canales de televisión en países del continente, incluido Ecuador, donde medios internacionales le ubican dos. A más de tener en su poder cerca de ochenta radios, algunas de ellas en nuestro país.
De acuerdo a Wikipedia, Remigio Ángel González incursionó en 2014 en medios de comunicación impresos, adquiriendo el 68% de acciones del grupo El Comercio de Ecuador, información ingresada hace ocho días por un usuario anónimo.
La noticia en Ecuador no se ha plasmado en los medios de comunicación tradicionales. Un portal, OMU, que pertenece al periodista deportivo Vito Muñoz, ha sido el único que da como un hecho la compra de El Comercio por parte de «El Fantasma», como se conoce al empresario por su bajo perfil a la hora de cerrar negocios. Muñoz trabajó varios años en RTS, el canal de televisión guayaquileño incluido en el grupo de González. Según el portal el negocio habría alcanzado los 45 millones de dólares.
La especialidad de González es el entretenimiento. Uno de sus últimos éxitos ha sido la puesta al aire del programa juvenil «Combate«, replicado en varios países y que ha superado en sintonía a varios informativos.
«¿Cuál es el problema?», se pregunta en un reportaje publicado por el diario La Prensa de Nicaragua, en donde González ha extendido sus medios. «Una de las características de Ángel González, dueño de Albavisión (Alba por el nombre de su esposa) es que no permite que en sus canales se critique a los gobiernos de turno. Inclusive, en Guatemala y otros países, publicaciones periodísticas lo han señalado de acercarse durante las campañas electorales a los candidatos con más posibilidades de ganar y les ofrece espacios televisivos, favores que luego le son rentables cuando el aspirante llega a la Presidencia», dice el informe de La Prensa, en donde también se publica que González y el presidente Daniel Ortega «son grandes amigos».
En los registros de accionistas que constan en el portal de la Superintendencia de Compañías aún no se plasman los cambios en El Comercio y todavía aparecen los Mantilla con la mayoría. Pero la despedida oficial se dio el 16 de diciembre.
Eso lo cuenta en su espacio de opinión de este diario, Rodrigo Fierro, en una columna titulada «El fin de los tiempos«.
«Cuando el martes último pasado Guadalupe Mantilla de Acquaviva se despidió de quienes habíamos sido sus colaboradores como articulistas de opinión de El Comercio, por esas interconexiones que me enfrentan con mi álter ego, me vino a la mente esa estupenda novela historiada de Muñoz Molina, cuyo título es el de este artículo. Me hallaba asistiendo al final de los tiempos de la familia Mantilla que por más de 100 años había logrado mantenerse como sostén y animadora del periodismo independiente en un país como el nuestro».