Un domingo en la Comuna Valdivia, cantón Santa Elena, capital de la provincia peninsular, podría ser un día de fiesta. Sobre todo desde hace cuatro meses, cuando se inauguró una moderna cancha de fútbol con césped sintético, sitio de reunión favorito de los comuneros. Una cancha, tipo estadio, que costó $350.000. Pero la alegría no es completa.
A unas cuadras de la cancha, se nota una fila de tanqueros estacionados. Con esos vehículos, la población se abastece de agua potable, llenando tanques, baldes y cisternas, como en los viejos tiempos. En las redes instaladas de distribución del líquido no corre el agua, desde hace casi el mismo tiempo en que se inauguró la cancha con dimensiones del fútbol profesional. Una de cal y otra de arena.
La comuna pegada a Valdivia, San Pedro, pasa por la misma situación de falta de agua en las llaves de las casas. Y la cancha de césped sintético recién se está construyendo.
La paciencia de estas dos comunas se agotó justo en la víspera del feriado de los difuntos y bloquearon la llamada ruta Spondylus. La medida de fuerza surtió efecto: desde entonces el gobierno envió los tanqueros que les regalan el agua.
«Lo que pasa es producto de la sequía. Toca rezar para que llueva», explica un viejo comunero que prefiere permanecer sentado en el portal de su casa viendo transcurrir los domingos calurosos. Y si de rezar se trata, en Santa Elena hay bastantes templos nuevos para dirigir las oraciones a todos los santos.
En número, la mayor cantidad de obras que se ejecutan actualmente en Santa Elena, podrían ser las canchas de fútbol y las iglesias, que se ven por todas partes. Prácticamente no hay una comuna que no esté considerada en el ambicioso plan del municipio para dotar de estas obras.
El plan lo comenzó el anterior, Otto Vera, de Alianza País. Y lo continúa el actual, Dionicio Gonzabay, elegido en representación de un movimiento político local. Los dos, recibiendo ayuda del gobierno de Rafael Correa.
El último gran anuncio fue construir la ciudad deportiva de Santa Elena para 2015, gracias a un convenio firmado en agosto con el Ministerio del Deporte para hacer más canchas con césped sintético (12 el próximo año) y un coliseo en Ancón. Con $12 millones de inversión del gobierno y 30% de aporte municipal, $3,7 millones aproximadamente.
Sin convenio, en cambio, se levantan las iglesias. Diecisiete entre 2013 y 2014.. Las comenzó a construir Vera y las continuó Gonzabay, con la aprobación de los comuneros. Los viejos templos en que se bautizaban los niños peninsulares van siendo derrumbados para dar paso a modernas capillas que resaltan en estas secas tierras que son vecinas del mar.
Las hay de varios modelos y precios, aunque todas se parecen. Los precios van desde $66.500 hasta $260.000. En noviembre se está dando la inauguración de varias ante la alegría de los creyentes. Todas son católicas, con excepción de una evangélica, que se construye con dinero del municipio ($211.325) en la comuna de San Pedro. En templos se ha invertido $2 millones y medio del presupuesto de este año y el anterior.
Alegría que no es completa, se reitera. En Barbascal, por ejemplo, luce la nueva iglesia, pero a esta comuna, enquistada en una loma, el agua potable le llega solo por momentos.
Es que la distribución del agua potable es un problema que se ha ido agravando con el paso del tiempo en Santa Elena. La propia cabecera cantonal tuvo una grave de escasez a mediados de octubre, que obligó incluso a suspender las clases, debido a daños en las bombas de Aguapen, la empresa estatal que se encarga de brindar el servicio.
Las bombas se repararon, pero el problema va más allá y es grave, según expuso el alcalde. En agosto -el mismo mes que se anunció la Ciudad Deportiva-, en plena sesión de festejo del descubrimiento de la Península, la autoridad local reveló, sin adornos, que la crisis del agua podría afectar seriamente al desarrollo de la ciudad.
En resumen, Gonzabay informó que se necesita $20 millones para cambiar el sistema de tuberías de agua potable que son de asbesto por tuberías de PVC, y $15 millones más para potenciar la planta de tratamiento ubicada en Atahualpa. Millones que el municipio no los tiene.
Por eso, hizo un llamado de auxilio dirigido al presidente Rafael Correa, que resultó un vaticinio por lo ocurrido después, en octubre. «Si esto no es socorrido por el gobierno nacional, Aguapen en pocos meses más…lo que estoy diciendo es serio…solo con la ayuda del gobierno nacional y la ayuda específica del presidente de la República para que disponga se nos dé un crédito a través del Banco del Estado, Aguapen podría resolver sus problemas. Del agua depende mucho el progreso de la Península», está publicado en los medios locales.
Para hablar de la manera de establecer la prioridad en la ejecución de las obras públicas, este portal pidió una entrevista con el alcalde, que sigue pendiente hasta ahora.
Al respecto, hay comuneros que tienen distintas versiones. El presidente de la comuna Río Verde, Pedro Enrique Villón, por ejemplo, expresó su oposición a que el próximo año se priorice la construcción de la cancha de fútbol con césped sintético, como ya está decidido. «Aquí ya tenemos una canchita de cemento, allí se juega. Lo primordial aquí es el alcantarillado. Los pozos sépticos están colapsados, el peligro de insalubridad es grande», cuenta.
Elías Pozo, presidente de Río Seco, está de acuerdo con él, pero con satisfacción cuenta que, en su comuna, la voz del pueblo se hizo respetar. «Aquí, la obra del próximo año será el alcantarillado. Y la cancha de fútbol vendrá para el siguiente».