Por Adriana Arbores/México*
Hace poco más de 20 años en Ecuador se comenzaba a poner en circulación el dólar, moneda que fue adoptada bajo el mandato de Jamil Mahuad, expresidente de este país, ante la devaluación del sucre y la hiperinflación por la que atravesaban, la cual llegó al 96 %, cifra que significó para los ecuatorianos un menor poder adquisitivo.
En aquel entonces la población se encontraba en peores condiciones económicas y era casi imposible pensar en darse ciertos lujos o gozar de cosas más allá de lo básico, que si bien es lo primordial para sobrevivir, verdad es también que todas las personas necesitan de momentos de diversión para vivir una vida más saludable.
La circulación de la moneda entró en vigor el 9 de enero del año 2000 y a dos décadas de haber ocurrido aún existen quienes consideran que esto ha sido un fracaso, pero de acuerdo con la economista Gabriela Calderón, esto en realidad ha derivado en la ausencia de inflación en la economía. Según Calderón, el sistema financiero se ha vuelto relativamente estable pese a la crisis, lo que ha frenado las corridas bancarias y fugas de capitales.
Esta situación permite a los ciudadanos gozar de muchas más actividades como las apuestas en directo, que en años recientes han cobrado mayor popularidad entre los aficionados, o incluso de actividades tan sencillas como ir al cine o adquirir los servicios de streaming que hoy en día todos disfrutan.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas ya que luego de haber estado al borde de la desdolarización por los bajos ingresos económicos experimentados en los meses anteriores, Lenín Moreno, presidente de Ecuador, junto con los organismos correspondientes, se vieron en la necesidad de solicitar un crédito por 6500 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Aunado a esto el dólar sufrió recientemente una significativa depreciación, pero lejos de lo que pudiera parecer, esto realmente supone una buena oportunidad de mejorar la economía a través del fortalecimiento de las relaciones comerciales del país, pues la caída de la moneda podría abaratar los productos del país, lo que sería una gran ventaja para la exportación de productos
Javier Orellana, analista económico, mencionó recientemente que a pesar de que esta depreciación genera incertidumbre en la población, en realidad puede beneficiar la economía local, pues se fomenta el consumo de productos dentro del mismo territorio que beneficia directamente a los hogares y mantiene en circulación una mayor cantidad de billetes.
Aún así esto no significa que la economía entera del país esté resuelta, ya que si bien los ciudadanos pueden seguir adquiriendo productos sin el costo de la inflación y las relaciones comerciales con socios importantes como la Unión Europea son buenas, aún queda un mercado más importante al cual abarcar: Estados Unidos, por lo que es necesario que próximamente se firme un acuerdo en relación a este ámbito en conjunto con esta potencia económica.
Este acuerdo, que se ha ido aplazando debido a los diversos conflictos políticos que han surgido, se encuentra actualmente en planeación y será parte de las acciones que en un futuro cercano concrete el mandatario en turno con el de Estados Unidos, pues la conveniencia de esta relación es evidente para ambas partes.
*Publicación colaborativa