Durante su paso por el Ecuador, el chino Cai Runguo se manejó como un hábil empresario negociador y un exitoso diplomático. Las dos cosas a la vez. Un doble estándar al que sumó el necesario olfato político para identificar a los líderes precisos con quienes podía concretar buenos negocios. Este es un perfil.
Reportaje conjunto entre Plan V, Periodismo de Investigación (La Fuente, Mil Hojas) y La Historia
Es septiembre en China y en el gigante país asiático se siente el que se considera el mejor clima de todo el año. El ambiente es propicio para disfrutar las bondades que ofrece actualmente la moderna capital, Pekín, con una agradable temperatura de 19 grados. De esa frescura goza actualmente Cai Runguo, quien fuera el embajador chino en Ecuador y posteriormente representante de la constructora estatal Sinohydro, que ejecutó en nuestro país millonarios proyectos que se constituyeron, para bien y para mal, en símbolos del periodo correísta que dominó el Ecuador durante diez años.
Hoy, doce años después de la llegada de Runguo como embajador a nuestro país, su nombre aparece en la lista de los acusados por la Fiscalía dentro del caso que ya se constituye en el modelo del mecanismo de pago de favores, contratos y corrupción dentro de la administración pública del correato: Arroz Verde. Pero, seguramente, nada de eso preocupa a Runguo, quien ahora tiene 68 años, ni siquiera por la orden de prisión en su contra dictada por la jueza de la Corte Nacional, Daniella Camacho. Él se encuentra a buen recaudo en China, a 16.213 kilómetros de distancia de Ecuador, con un océano de por medio y sin ninguna posibilidad de ser extraditado al Ecuador.
Durante su paso por el Ecuador, Cai Runguo se manejó como un hábil empresario negociador y un exitoso diplomático. Las dos cosas a la vez. Un doble estandar al que sumó el necesario olfato político para identificar a los líderes precisos con quienes podía concretar buenos negocios. Un recorrido que no estuvo exento de altibajos y momentos de crisis, como cuando las relaciones bilaterales se enfriaron -allá por 2010- por las apasionadas críticas hechas por el ex presidente Rafael Correa contra China. Pero que, como contrapeso, también le trajo reconocimientos y homenajes públicos, como el que recibió tiempos después de manos -paradojas de la política- del propio ex presidente, quien meses después de haber puesto al filo de la navaja las negociaciones de crédito con Pekín, homenajeó a su embajador, a quien llamó particularmente «su amigo».
La de Correa no fue la única amistad que cultivó Runguo en Ecuador. De hecho, dejó en el país todo un naipe de buenas relaciones. Como la que se preciaba de tener con el entonces Vicepresidente y actual presidente Lenin Moreno, cuya intervención decisiva sirvió para desbloquear las negociaciones del crédito más importante que otorgó China para la construcción de la central hidroeléctrica más grande del país, Coca Codo Sinclair. O también la relación que alimentó de buena gana con el ex canciller Ricardo Patiño, uno de los más entusiastas impulsores de las nuevas alianzas con el gigante asiático.
EL EX EMBAJADOR DE CHINA SE PRECIABA DE TENER EXCELENTES RELACIONES CON EL ACTUAL PRESIDENTE, LENIN MORENO, CUYA INTERVENCIÓN PERMITIÓ SUPERAR UN IMPASSE SOBRE EL FINANCIAMIENTO DE COCA CODO SINCLAIR.
2007: Hola Ecuador
Cai Runguo llegó a Ecuador en 2007, el mismo año en que llegó al poder la autoproclamada Revolución Ciudadana de Rafael Correa. Espectador de los hechos al principio de ese régimen, también dio especial importancia a los golpes de efecto, como el anuncio público de que él y otros empleados de su Embajada donarían USD 1000 a la campaña del Gobierno para no extraer el petróleo de la reserva del Yasuní. “Yo hubiese querido añadir dos ceros más, pero nuestra posibilidad es muy pequeña”, bromeó. En total, fueron USD 20.000 donados para la fracasada campaña, que sirvió en ese momento para crear una imagen pública de interés por la conservación ambiental, que contrastaba con la realidad pragmática del país asiático: tenía expreso interés para que las empresas petroleras chinas puedan explotar el crudo del Yasuní. Aquello quedó en evidencia en cables filtrados por Wikileaks en los que aparecen comunicaciones entre los embajadores de China y de Estados Unidos.
Esta solo es una muestra del manejo político con el que se manejó Runguo. Una habilidad que fue puesta a prueba en el complicado año 2010, cuando casi se va al traste el crédito más oneroso entregado por China a Ecuador, de USD 1700 millones. El 26 de enero de ese año, se reportó una fructífera reunión entre el embajador Runguo y el vicepresidente Lenin Moreno. Así se publicó en las páginas oficiales:
«El embajador Cai Runguo aprovechó la oportunidad para expresar al Segundo Mandatario la satisfacción de su país por los avances registrados tras los recientes acercamientos entre China y Ecuador para construir la central hidroeléctrica Coca–Codo Sinclair con financiamiento del Eximbank, del país oriental.
En este sentido, precisó que tras los acercamientos con la Ministra de Economía, María Elsa Viteri, faltan pequeños detalles por pulirse para conseguir un acuerdo definitivo que garantice el acuerdo crediticio.
El Segundo Mandatario expresó que una vez se superen los problemas generados por la crisis mundial habrá “vientos más gratos” para salir adelante con acuerdos entre los dos países, e hizo votos porque pronto se limen asperezas y se concrete la construcción del Coca – Codo Sinclair, la central hidroeléctrica más grande del Ecuador».
Semanas después, durante una de sus sabatinas, el ex presidente Rafael Correa estuvo a punto de desechar los créditos chinos. Se quejó de las condiciones impuestas por el Gobierno asiático y las comparó con las que negociaban los organismos multinacionales. Advirtió que de continuar en esa postura, Ecuador no accedería a esos préstamos.
Ante esa situación, Lenin Moreno no se quedó cruzado de brazos.
El 29 de marzo de 2010, durante una entrevista en radio Democracia, dio los detalles de las gestiones que realizó personalmente con el embajador Runguo.
“El embajador Runguo es un buen amigo que en más de una ocasión me ha pedido cita con el fin de manifestar que por parte del gobierno de China y las empresas involucradas existe toda la buena voluntad de hacerlo”, dijo Moreno.
El Segundo Mandatario recordó que el presidente de la República, Rafael Correa, había puesto un plazo para la concreción del crédito chino para la central hidroeléctrica que se venció sin que se suscribiera.
Además, reconoció que el Primer Mandatario había explicado que las condiciones de la negociación propuestas por la entidad financiera asiática, especialmente lo que se refiere a las garantías, entraban en conflicto con la Constitución ecuatoriana y superaban inclusive a las condiciones que el el Fondo Monetario Internacional suele pedir para un crédito.
“Ante la llamada del señor embajador, fui a donde el señor presidente de la República y le insistí en que existía alguna inconsistencia e imprecisiones en la información que le habían dado y que el señor embajador manifiesta que el Eximbank podía hacer una propuesta acorde a la constitucionalidad ecuatoriana, y estamos a la expectativa de que esto ocurra”, especificó Moreno.
La gestión realizada por el vicepresidente Moreno tuvo un resultado exitoso. El préstamo de USD 1700 millones del Eximbank con el que arrancó la construcción de la hidroeléctrica más grande del país, se había concretado. Todo comenzó a marchar a buen ritmo, con la agilidad que siempre garantiza un rápido flujo de dinero.
El buen momento de amistad y negocios que se vivía tuvo que perdurar para la posteridad. Por eso se organizó para el 1 de diciembre de 2010, el homenaje de reconocimiento -con condecoración incluida- para el embajador Cai Runguo, en el Palacio de Carondelet. Estuvieron presentes el presidente Rafael Correa y el vicepresidente Lenin Moreno. Así lo reseñó la prensa oficial:
«El Vicepresidente de la República, Lenín Moreno, participó en la ceremonia de condecoración, con la Orden Honorato Vásquez, al embajador de China en Ecuador, Cai Runguo, como un reconocimiento a su gestión para la consecución de importantes proyectos de desarrollo en beneficio de los sectores sociales.
La condecoración fue impuesta por parte del Primer Mandatario, Rafael Correa, en el salón Amarillo de la Presidencia de la República. En la ceremonia, el Presidente destacó que la inversión china en el Ecuador alcanzará, el próximo año, los 5 mil millones de dólares.
El Jefe de Estado resaltó además la complementariedad de la economía china con la del Ecuador y la inversión en el proyecto hidroeléctrico más grande de la historia, Coca – Codo Sinclair. “Siempre lo hemos dicho Ecuador es la puerta de entrada a la cuenca asiática del Pacífico hacia América Latina y viceversa”, dijo.
Por su parte, el embajador chino expresó su admiración por el Presidente ecuatoriano, a quien, dijo, identifica como un líder preocupado permanentemente por su pueblo. “Yo he visto a su gobierno, a sus funcionarios y al mismo Presidente que, durante estos años, han trabajo tanto por el bienestar de su pueblo. Cuando yo recuerdo estas cosas me siento animado”, señaló el embajador».
Para estos políticos, en ese momento, todo era felicidad. El presidente de la Asamblea Nacional de ese momento, Fernando “El Corcho” Cordero, no se quiso quedar atrás en los elogios y condecoraciones para el embajador chino. Por eso le armó su propio homenaje en el Legislativo.
“Nos ha tratado como amigos, nos ha acercado a los empresarios, nos ha acercado a las autoridades de su país y ha hecho posible que se afiance la cooperación entre nuestros pueblos”, dijo Fernando Cordero al condecorar a Cai Runguo.
En esos tiempos también se volvieron realidad los negocios de subcontratistas ecuatorianos, que estaban pendientes del millonario flujo de recursos provenientes de la China. Algunos de estos, amigos muy cercanos de Lenin Moreno. Y amigos del embajador Cai Runguo.
El amigo Conto y los amigos Macías
La gestión por el crédito chino la hizo Lenin Moreno, pero la comisión la cobró Conto Patiño Martínez, su amigo personal. Y todo se supo tras las revelaciones de pagos por USD 18.3 millones de Sinohydro a la empresa off shore Recorsa, de propiedad de Patiño Martínez. Este hecho desató la polémica y no era para menos. Sobre todo cuando los portales de investigación La Fuente y Milhojas sacaron a la luz que de ese mismo dinero, Xavier Macías y María Auxiliadora Patiño -yerno e hija de Conto Patiño- compraron muebles finos para el departamento que ocupaba Lenin Moreno durante su permanencia en Ginebra, Suiza. Un cruce de cuentas y pagos vinculados que los correístas quisieron aprovechar para su contragolpe y beneficio político en la guerra declarada que mantienen con el bando morenista. Para dar contexto completo a este tema conviene revisar la publicación sobre los Ina Papers.
En todo caso, el veterano Conto Patiño cedió el paso y sus contactos a su yerno, Xavier Macías Carmigniani, también amigo personal y de trato familiar con el presidente Lenin Moreno. Y los contactos de Patiño incluían las excelentes relaciones de negocios que cultivó con los empresarios chinos. El lobby que llevó adelante Patiño por Sinohydro traspasó las fronteras de Ecuador y llegó hasta Paraguay y Panamá. Su yerno, al tomar la batuta, intentó mantener el nivel internacional de los negocios y realizó sus gestiones para contratos en Cuba. No siempre con el éxito que tuvieron en Ecuador, ciertamente.
Los excelentes resultados que obtuvieron en Ecuador fueron la conjunción de diferentes factores. Pero uno de los primordiales fue sin duda cultivar las relaciones políticas-personales con el objetivo de cultivar negocios. Eso lo entendió como nadie Xavier Macías Carmigniani, quien, a la salida de la Vicepresidencia de su amigo Lenin Moreno, se adaptó sobre la marcha al nuevo mecanismo de trabajo del Vicepresidente que llegó el 2013, Jorge Glas Espinel. Sin mayores contratiempos. Y contando con un leal amigo en ese camino, el ya conocido embajador de China, Cai Runguo.
El mecanismo de trabajo arrancaba con memorandos de entendimiento entre las empresas chinas y las oficinas públicas que tenían proyectos para ejecutar. Algunos se firmaron con las condiciones claramente establecidas, como el pago de porcentajes del 4,5% sobre el monto total del contrato, a cuenta de consultorías que justificaban los contratistas locales. Xavier Macías cumplía también la tarea de informar al embajador chino de los perfiles de nuevos ministros que llegaban a ocupar esos cargos. Pasó con Walter Solís cuando estuvo de Ministro de Obras Públicas y con el titular de Senagua, Carlos Bernal. Macías tenía tanta confianza que le preguntaba a Runguo si China estaría interesada en algún proyecto en esas dos carteras, porque él se encargaba. Ya era 2013, Glas era el vicepresidente y entre los amigos era nombrado como el “nuevo once”, ya que Lenin Moreno era el antiguo “once”.
Jorge Glas puso a su propio delegado para las conversaciones con el embajador de China y Xavier Macías Carmigniani. Se trató del fallecidoabogado de Guayaquil José Alvear Icaza, ex diputado socialcristiano, que siempre estuvo haciendo gestiones y cruzando comunicaciones en representación del segundo mandatario. Alvear era el hombre con el que se debía llegar a los acuerdos, especialmente en el monto del porcentaje por contrato firmado. Se trataba de un duro negociador.
Cai Runguo siempre estuvo al tanto de todo. Xavier Macías Carmigniani era el encargado de poner en su conocimiento la información más relevante. El 18 de febrero de 2016, por ejemplo, le informó que Rafael Correa y Lenin Moreno negociaban el nombre del vicepresidente para la campaña de ese año: Correa insistía en que sea Glas, Moreno pretendía que sea un empresario de la Costa. El país conoce quien ganó esa puja. Y el embajador chino fue un espectador de primera fila, privilegiado al momento de enterarse del desenlace.
Chao Ecuador
En el escandálo de la receta Arroz Verde, se reporta también la relación de Jorge Glas (a quien identificaban con el código L1) con el ex embajador Cai Runguo, ya para entonces representante de Sinohydro Corporation (con el código CO-V14 en la nomenclatura interna de PAÍS), que aportó el 14 de enero de 2014, la suma de USD 500.000, de los cuales USD 400 mil fueron entregados en efectivo y USD 100 mil en la modalidad de cruce de facturas. También se constata que Iván Wuyu y Hu Ning- Beatriz eran los nexos con esta constructora. Beatriz es la misma empleada de Sinohydro relacionada en el caso Ina Investment.
Basada en estas evidencias, la fiscal general Diana Salazar decidió vincular entre los procesados al ex embajador de China Runguo y se le dio una oportunidad de comparecer a juicio libremente, sin orden de prisión, pero con la obligación de presentarse periódicamente a la Corte. Medida infructuosa, porque el antiguo diplomático regresó a su país en 2016 y no ha regresado. Fue entonces que la jueza Daniella Camacho realizó el «castigo simbólico» de dictarle orden de prisión a quien años atrás fue condecorado por sus servicios relevantes al Ecuador en el Palacio de Carondelet y en la Asamblea Nacional. Runguo ha buscado un abogado que lo defienda y este ha dicho que su cliente está dispuesto a comparecer, pero en Pekín. Cai ya le dijo chao a Ecuador y no está entre sus planes volver.