Pamela Martínez, la principal detenida en el caso Arroz Verde, fue la mujer de confianza de Rafael Correa en Carondelet. Una relación forjada en la juventud y afianzada en el poder. Además, ella veía a su esposo Jimmy Salazar, como presidenciable. Ahora, mientras ambos son investigados, empiezan a aparecer los secretos mejor guardados de la Revolución Ciudadana. “Jimmy, tranquilo. Yo te haré presidente”. Lo dijo Pamela Martínez, en las afueras del Palacio de Cristal de Guayaquil, el 1 de febrero de 2013, cerca del mediodía. Hubo varios testigos, porque ese día eran las elecciones en el Colegio de Abogados y Jimmy Salazar, esposo de Martínez, era uno de los dos candidatos. Hasta ese momento, por encuestas hechas a boca de urna, resultaba ser el vencido. Por eso, su estado de ánimo no era el mejor. Por el contrario, su rival, Juan Vizueta, candidato a la reelección, respiraba optimismo. Pero aún faltaban los votos de la tarde y que se hagan realidad las palabras determinantes de la entonces asesora del presidente de la República, Rafael Correa. Lo que pasó después lo recuerda Pedro Granja, integrante del equipo adversario de Salazar: “Cerca de las dos de la tarde, comenzaron a llegar buses llenos de gente, con abogados de la Gobernación, de las comisarías, de los ministerios, todos a votar por su lista. Eran abogados cuyas cuotas atrasadas fueron pagadas días antes para habilitarlos. Ese pago se hizo con un cheque girado por un contratista del Estado. Solo así pudieron ganarnos y con algo más de 100 votos”, Juan Vizueta dio una cifra: pagaron 80 mil dólares, en efectivo, para sumar 650 abogados habilitados para votar. Pamela Martínez lo ofreció y cumplió. Pero la frase tenía un alcance mayor. El “Yo te haré Presidente” era un proceso a desarrollarse en el transcurso de la siguiente década, que debía terminar triunfalmente con el primer esmeraldeño Presidente del Ecuador. Ella se lo repetía a su esposo: “Tú tienes que ser quien continúe con la Revolución Ciudadana”. En ese plan venían trabajando juntos marido y mujer, hasta que en mayo pasado ocurrió lo que no estuvo ni en los más remotos cálculos de ninguno de los dos: Fernando Villavicencio y Christian Zurita publicaron “Arroz Verde” con filtraciones de correos electrónicos enviados por Martínez. Después, apareció un cuaderno con apuntes del puño y letra de Pamela Martínez y todo se complicó más. Ahora ella está presa y su esposo, investigado.
TRIUNFO MILAGROSO: En 2013, Jimmy Salazar fue electo presidente del Colegio de Abogados del Guayas. Dice Pedro Granja que «llegaron buses desde la Gobernación, comisarías y ministerios con abogados a quienes alguien los había puesto al día en las cuotas».
Siempre listos
Rafael Correa y Pamela Martínez se conocen desde sus épocas juveniles. Ambos, educados en colegios católicos de Guayaquil. Aunque él es mayor, coincidieron en los Boy Scouts, en donde el expresidente ya tenía un destacado espacio de liderazgo. Allí, la lealtad era uno de los valores fundamentales que se intentaba cimentar. Rafael siempre confió en Pamela y estaba convencido que nunca le sería desleal. Luego, volvieron a estar cerca, en la Universidad Católica de Guayaquil, donde obtuvieron sus profesiones de economista y abogada. Pero a diferencia de Correa, quien obtuvo becas al extranjero, ella no tuvo esas oportunidades y se dedicó a trabajar. El estudio jurídico Ortega-Trujillo, vinculado al desaparecido Banco Continental, fue uno de los primeros que contó con sus servicios. La llegada de la Revolución Ciudadana, en 2007, volvería a acercar a estos viejos amigos. Martínez se estrenó en el Ministerio de Trabajo con el primer titular de esa cartera, Antonio Gagliardo. Después pasó a la Procuraduría del Estado y estando en esas funciones fue convocada en 2008 por Rafael Correa para que sea su asesora en la Presidencia. Fabricio Correa recuerda haberla encontrado un par de ocasiones en el complejo presidencial y de lo que él sabía, “ella le llevaba los asuntos personales a mi ñaño”. Entre sus colegas, Pamela Martínez no era reconocida como una constitucionalista. De hecho, en 2009, ella recién cursaba una maestría en materia constitucional, avalada por la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil, en donde conoció al entonces decano Alfredo Ruiz Guzmán. Tiempo después, Martínez dio las mejores referencias de Ruiz a Rafael Correa, lo que le permitió llegar a ser presidente de la Corte Constitucional. Pero antes de eso, ella mismo labró su camino para ser jueza constitucional, con escasa experiencia en ese campo.
NOTA PERFECTA. En 2012 Pamela Martínez revisó las preguntas que debían contestar los aspirantes a la Corte Constitucional. En 2015 ella era la candidata y le aplicaron el mismo examen. Sacó 100/100. El primer aval se lo dio el mismo Correa, cuando la escogió como presidenta de la comisión calificadora para la designación de la primera Corte Constitucional del correísmo, en 2012. Como parte de su trabajo, estaba el revisar las preguntas que debían contestar los aspirantes. Preguntas que ella misma contestaría tres años más tarde, cuando se animó a participar para la primera renovación que se hizo a este organismo. Martínez Loayza consiguió una calificación insuperable e histórica: 100/100. Puntuación perfecta. De su paso por la presidencia de la República, existen versiones contradictorias de su relación con el poderoso secretario jurídico Alexis Mera. Hay quienes dicen que se creó cierta rivalidad y hasta “envidia”, según palabras dichas por Mera, quien ahora está detenido por el caso Arroz Verde. Pero de acuerdo a personas cercanas a Martínez, con Mera siempre se llevó muy bien, igual de bien que con el vicepresidente Jorge Glas. Alguna vez, su posición fue muy incómoda. Cuenta alguien relacionado con ese círculo, que fue Pamela Martínez quien tuvo que informar a Jorge Glas que la orden para sentenciar a su padre Jorge Glas Viejó, acusado de violar a una menor, fue viabilizada por Mera, lo que profundizó la pugna entre los dos e inclusive provocó un incidente verbal de alto calibre.
De su paso por la Corte Constitucional, en donde llegó a ser vicepresidenta, hay abogados que guardan pésimas referencias. Por ejemplo, Felipe Rodríguez, recuerda que en el mundo de los juristas, siempre se comentó que el verdadero poder estaba en Pamela Martínez. Rodríguez denunció que para ingresar un recurso en la Sala de Admisión, había que pagar. “A mí me pasó. Se me acercó un individuo en la calle, me dijo que me conocía, que sabía que tenía una acción de protección presentada en la Corte, y me dio el número exacto. Me indicó que admitir ese recurso costaba seis mil dólares”. Rodríguez rechazó el ofrecimiento pero no tiene a quien acusar. Agrega que él nunca pagó, que presentó nueve acciones de protección y que ninguna fue admitida. Otra jurista admite que buscó ayuda en su amiga de juventud Pamela Martínez. Esta abogada se sentía perseguida por Alexis Mera y apeló a su vecina de adolescencia del Barrio del Seguro, en el Sur de Guayaquil. La respuesta que recibió la sorprendió: “Lo siento, no puedo ayudarte”. Para entonces, dice, ya sabía que a todo le ponía precio. El exjuez David Ayala denunció a Pamela Martínez por falsedad de documento público. Cuenta que cuando acudió a la Corte buscando se le conceda un recurso de protección, “Primero, dijo que el recurso sí procedía, después que ya no. Así se manejaban las cosas en la Corte Constitucional”, dice Ayala.
Mi esposo, presidente
Desde que ganó la presidencia del Colegio de Abogados, en 2013, la cercanía de Salazar con el gobierno comenzó a evidenciarse con pronunciamientos de apoyo al Consejo de la Judicatura. También con un programa conducido por Salazar y Martínez, que transmitía el incautado TC Televisión, programa que generó pérdidas de 150 mil dólares, según una auditoría posterior realizada por la Contraloría. Además, la Corte Constitucional, de la que Pamela Martínez era vicepresidenta, alquiló un espacio dentro del edificio del Colegio de Abogados del Guayas presidido por su esposo, por 12 mil dólares mensuales. Todo este tiempo, Salazar ya venía trabajando en su figura política. El plan inicial era integrarse a Alianza País, pero en ese partido ya no había cama para tanta gente. Así que comenzaron con el proceso de crear su propio partido. El 13 de noviembre de 2017, el movimiento nacional Justicia Social fue aprobado por el Consejo Nacional Electoral. Ahora se conoce, según una auditoría de Contraloría, que hubo firmas falsificadas y personas fallecidas entre los adherentes. La conclusión de Contraloría es que Justicia Social no cumplió con el número de firmas necesarias para ser aprobado como movimiento nacional y está en manos del CNE la decisión de su futuro.
LA CORTE CONSTITUCIONAL que presidía Alfredo Ruiz alquiló por 12 mil dólares mensuales parte del edificio del Colegio de Abogados que presidía Salazar, esposo de Martínez, vicepresidenta de la Corte. El hecho es que Salazar y Martínez ya tenían su propio partido. Y existían políticos que querían participar en las elecciones seccionales pasadas, pero no tenían partido. Una de ellas fue la exvicealcaldesa de Quito, Daniela Chacón, quien intentó postularse para la alcaldía. Fue así que tomó contacto con el director provincial en Pichincha de Justicia Social, quien fue directo: “Me pidió 150 mil dólares como aporte al partido para ser candidata a la alcaldía de Quito”. Chacón corroboró el pedido con la dirigencia nacional y llegó hasta Pamela Martínez: “Ella al principio dijo que no, que ellos no piden dinero por candidaturas, pero después seguían insistiendo, decían que me apure, que había otros interesados dispuestos a poner el dinero”. Chacón nunca puso un centavo y tampoco fue candidata. Quien sí fue candidato, fue Jimmy Salazar. Se lanzó a la prefectura del Guayas, hizo campaña, instaló su central política, recorrió la provincia, gastó dinero. Consiguió apenas el 1,75 por ciento de la votación. Aun así, Salazar y Martínez estaban satisfechos con los resultados y dispuestos a seguir. Salazar hizo gira de agradecimiento provincial, continuó con su trabajo en el Colegio de Abogados, acompañado de Pamela, quien estaba al frente del Comité de Damas del gremio. Hasta que explotó el “Arroz Verde”. Ahora la presidencia del Colegio está encargada al vicepresidente Jorge Yánez. Recuerda que Salazar goza de la presunción de inocencia mientras no sea acusado, pero es cauto al no poner las manos al fuego por nadie. “Eso no lo hago ni por mis hermanos, cada quien es responsable de sus actos”, dijo a Vistazo, que acudió al Colegio de Abogados buscando a Salazar, quien por ahora prefiere no decir nada. Mientras tanto, los adversarios de Salazar exigen su renuncia y la de todo el directorio, por causa de este escándalo, a lo que suman la denuncia de falsificación de los títulos de masterado que presentan Salazar y Martínez, obtenidos irregularmente según Pedro Granja: “Los esposos hicieron las cosas juntos. Los dos deben estar presos. Y no entiendo porqué hasta ahora la Fiscal no toca a Jimmy Salazar”, sostiene.
MAL DÍA. La suerte de Pamela Martínez terminó con el caso ‘Arroz Verde’. Intentó salir del país, pero fue detenida en el aeropuerto de Quito.