Marlon Puertas,
Riobamba
Santiago Oviedo Moreano no es un contratista de obras públicas común. A Oviedo se lo puede encontrar ya sea supervisando el asfaltado de una carretera durante la cálida mañana de un día entre semana, o ya sea como miembro del jurado para elegir la reina de un cantón del Chimborazo, en una de las frías noches de cualquier fin de semana. Este ingeniero civil, propietario de la constructora Covipal, se alcanza para todo.
Inclusive para participar de la inauguración de las obras que construye, para las que fue contratado. El boletín oficial del gobierno provincial de Chimborazo, que dirige el reelecto prefecto Mariano Curicama, detalla una de estas ocasiones: “El 27 de enero de 2018 quedará grabado en la mente de los comuneros que habitan en la zona de influencia de la vía Sigsipamba-Urbina, pues en una tarde alegre… se procedió a la inauguración de esta carretera completamente asfaltada, arteria que une varios poblados”. Allí estuvo el prefecto Curicama, el contratista Oviedo, la gobernadora de la provincia Margarita Guevara, entre otras autoridades.
A continuación, el relacionista público de la prefectura detalla un hecho especial en este boletín: la generosidad del contratista, expresada por el prefecto Curicama. “El prefecto agradeció a través del ingeniero Santiago Oviedo por ese espíritu social de ayuda a los pobres, porque se ha visto que existen obras extras como entradas a las casas, creando gradas en los taludes para poder ingresar a las propiedades, por voluntad del contratista”. Es decir, el ingeniero Oviedo regaló las gradas a la gente.
Claro que la obra, asfaltado de 4 kilómetros de carretera, costó 4 millones de dólares al Gobierno provincial de Chimborazo y estuvo a cargo de la constructora riobambeña Covipal, financiados con un crédito otorgado por el Banco de Desarrollo del Ecuador.
Covipal es la constructora de Santiago Oviedo Moreano, y una de las principales contratistas del gobierno provincial de Chimborazo que lidera Mariano Curicama desde hace catorce años. Covipal también tiene contratos en el Ministerio de Obras Públicas, y en otras prefecturas y gobiernos locales como Riobamba y Guaranda.
Es una constructora que ha crecido en facturación con el tiempo. En 2004 pagó de impuesto a la renta USD 2340 y su mejor año lo tuvo en 2011, cuando pagó USD 1.267.000 de impuesto a la renta. Los últimos años, 2016, pagó USD 144.644 y el año pasado USD 118.825.
De esos ingresos, no se conoce cuánto corresponde a contratos adjudicados por la prefectura de Curicama. Ni siquiera su propietario Santiago Oviedo ha hecho la cuenta, según declaró para este reportaje. En una revisión hecha, sumamos contratos por más de USD 23 millones en el periodo 2009-2012 y en dos contratos de asfaltado inaugurados este 2018 suman ocho millones, financiados con créditos internacionales. Se pidió una entrevista con el prefecto para tocar este tema, pero no se obtuvo ninguna respuesta.
El propietario de Covipal si conversó del asunto. Santiago Oviedo sabe que Covipal es la constructora más importante de Chimborazo, pero no puede decir si es la “principal” contratista de la prefectura, porque no maneja montos. Descartó que exista una preferencia para contratar con su empresa por parte de Curicama, como han criticado personajes como el ex diputado Guillermo Haro y la ex viceprefecta Patricia Herrera. “Lamentablemente, hay gente que no sabe soportar el progreso de los chimboracenses y lo único que hacen es enlodar el buen nombre de muchos profesionales capaces”, indicó. Eso sí, reconoció su buena amistad desde hace muchos años con el prefecto, quien es, además, su compadre. “Él tuvo la gentileza de ser padrino de un hijo mío en un bautizo”.
Eso y algunos ideales políticos comparten el contratista Oviedo con el prefecto Curicama. Ahora ambos forman parte del nuevo movimiento político Minga, Movimiento Intercultural de Gente Activa, la misma palabra con la que se viene promoviendo la prefectura de Chimborazo en campañas de comunicación desde hace algún tiempo. Con Minga, el prefecto Curicama espera presentar listas en toda la provincia, con candidaturas para la prefectura y la alcaldía de Riobamba. El binomio que suena es Mariano Curicama-alcalde de Riobamba, Santiago Oviedo, prefecto de Chimborazo. A Minga también pertenece el asambleísta Jorge Corozo, ex arquero del Olmedo de Riobamba.
Oviedo confirma que ha sido invitado a formar parte de Minga y él ha acudido sin ningún interés, pero dice que es muy pronto para hablar de candidaturas. De aceptar una candidatura a la prefectura, solo entonces se referirá a un posible conflicto de intereses, debido a que es propietario de una constructora de obras públicas. “Este no es el partido del señor Curicama, ningún partido tiene dueño, sin embargo, no descarto estar donde la gente me pida que esté. Si llega un pedido de toda la gente, encantado de la vida estaré dispuesto a colaborar donde me pidan”, declaró.
PARENTELA Y CLIENTELISMO, MARCA DE LA PREFECTURA.
Mariano Curicama Guamán piensa que no habrá otro prefecto igual que él. “Será mejor, o será peor. Yo quisiera que sea mejor, pero igual no habrá”, declaró en una entrevista concedida a un medio de comunicación del Chimborazo, la provincia de la que ha sido prefecto durante catorce años. Ahora Curicama ve cerca el fin de su gestión en la prefectura, debido a que ya no es posible, por los resultados de la consulta popular de febrero pasado, la reelección indefinida, consulta que el prefecto apoyó para el Sí.
Curicama, quien también fue alcalde del cantón Guamote por dos periodos, durante ocho años, ahora dice que es muy buena la renovación de las autoridades. Un discurso distinto a lo que fue su propia realidad política: casi veintidós años en el poder local. Tiempo suficiente para dejar una marca que lo distinga.
NEPOTISMO, FAVORITISMOS Y PATRIMONIO
Patricia Herrera, militante del movimiento Pachakútik, dice que la primera administración de Curicama en la prefectura no tuvo mayores sobresaltos. En la segunda, ella participó como viceprefecta, en 2009, y ganaron. De esta gestión conjunta, Herrera no guarda gratos recuerdos.
Lo primero que pasó, dice ella, fue cuando Curicama viajó a Corea y quedó encargada de la prefectura. Fue entonces que le llevaron contratos de trabajo para sobrinos políticos del prefecto. “Mis principios no toleran el nepotismo”, relata Herrera, quien recuerda que al hacer las averiguaciones, descubrió que Curicama estaba divorciado, por lo que no se cumplía la figura del nepotismo. Y firmó los contratos. Ahora, se da cuenta que no debió haberlo hecho. “Luego se supo que el divorcio fue nada más que una estrategia para poder contratar a la familia política”, relata la ex funcionaria de la prefectura.
Denuncias de nepotismo también hace el ex diputado de la ID, Guillermo Haro, quien añade una modalidad instaurada en Chimborazo: el cruce de la parentela entre el municipio de Riobamba y el gobierno provincial de Chimborazo. De esta manera, familiares del alcalde Napoleón Cadena trabajan en la prefectura, y parientes del prefecto Curicama hacen lo propio en la alcaldía. Es la jugada perfecta, sin vulnerar la ley. “Compadrazgos”, lo define Haro.
La ex viceprefecta Herrera denuncia que se dio un chantaje a las comunidades indígenas: te doy obras, pero a cambio de apoyo político. Apoyo que se traducía en acudir de forma obligatoria a los actos del gobierno local y del gobierno nacional. Así se llenaron coliseos y estadios, sobre todo cuando llegaba el ex presidente Rafael Correa, con quien había una estrecha alianza. ¿Qué pasaba si no había ese respaldo? Les quitaban los proyectos. Patricia Herrera recuerda el proyecto de sistema de riego para la parroquia Cebadas, que tenía un presupuesto de USD 800.000, “se los quitaron como represalia porque la gente no cumplió con las marchas. Era una suerte de hacienda trasladada a una institución pública, en la cual existía un amo patrón”.
Esta posición política extrema es ratificada por el presidente del Seguro Campesino, Mesías Usigña. “Eso pasa cuando se perennizan en un puesto y en el caso de Curicama, a partir de su tercera reelección, comenzó a denigrar y excluir a los sectores que no eran afines políticamente con él, dando todo el apoyo a los suyos”. Eso generó malestar, al punto que, según Usigña, “Chimborazo está dividida por la actitud sectaria y de resentimiento de Curicama”.
Hernán Novillo, quien fue dirigente de Pachakutik, opina que “algunos dirigentes siguen teniendo la figura de patrones en sus cabezas. Y ahora ellos quieren ser los patrones. Pero nunca lucharon para que ya no haya patrones”.
¿En qué se gastó $750 millones?
¿En qué obras se invirtieron los recursos nacionales y los que se consiguieron a nivel internacional ? Mesías Usigña, presidente del Seguro Campesino, hace cálculos que aproximadamente 750 millones de dólares se utilizaron en la última década en el gobierno provincial de Chimborazo.. El resultado de beneficios para la provincia, según el criterio de Usigña, es pobre, porque se ha privilegiado el clientelismo político. “Se entregan cuyes, borregos, especies menores, pero así no se soluciona la pobreza. No me opongo a eso, pero no es suficiente. El sistema de riego Chambo-Guano, por ejemplo, que beneficiará a 6000 personas con 11.000 hectáreas, hay que tecnificarlo y no se ha hecho”. Después, si se reclama por estas omisiones, hay represalias, cuenta el dirigente. “Mi parroquia Quimia, no ha recibido nada. ¿Por qué? Porque Usigña reclama y protesta”, añade.
A lo que se suma un tema más grave: corrupción. “Es vox populi que desgraciadamente están ocurriendo actos en ese aspecto, con los contratos. No hay nada diáfano en la contratación y hay denuncias de malos manejos de los recursos económicos”, dice Usigña. La ex viceprefecta Patricia Herrera se suma al tema. “El porcentaje de contratos adjudicados a una sola empresa es elevado. El hijo de Curicama también es el dueño de una empresa de volquetas. Posiblemente los contratos han sido adjudicados en forma legal, pero hay otras empresas, otros oferentes”. Por eso Herrera pide hacer auditorías. “Hay que revisar varias cuentas, de las familias, de su círculo cercano y saber como adquirieron sus propiedades”.
El ex diputado Guillermo Haro es directo en su acusación: “La administración de Curicama tiene corrupción por la serie de contratos que se han hecho, por las ventajas económicas que se han sacado. Él tiene que responder por enriquecimiento ilícito, utilizando testaferros, empleados de él han adquirido propiedades en Chambo… Además, utilizando maquinaria del Consejo Provincial, hizo mejoras en el carretero que conduce a su casa. Son propiedades que valen mucho, bien conservadas, ganaderas, lecheras.. Y ahora pretende ser alcalde de Riobamba”, concluye Haro. El prefecto no aceptó una entrevista para este reportaje.