Riccardo Perotti es un artista ecuatoriano que, por ahora, hace sentir su música en otra parte. En medio del intenso ritmo que implica grabar un nuevo disco en los Estados Unidos, el cantautor nacido en Manta se dio tiempo para hablar de nuestro país y de política, la política ecuatoriana. Un tema que una gran cantidad de sus colegas prefiere evadir o verla de reojo. Perotti, no. La mira de frente, la analiza, la critica y termina haciéndole un gran favor.
¿Los artistas deben mantenerse alejados de los temas políticos? ¿Por qué?
Depende. ¿Cuáles son los temas políticos? ¿Estamos hablando de partidos políticos, candidatos, asambleístas, campañas, etc? Si es así, por lo general al artista no le conviene. Le interesa más ser percibido como universal, como alguien “por encima” de todos los escándalos, peleas y riñas que suelen ser el pan diario de nuestra cultura política. Le interesa identificarse con la mayoría, y a la mayoría no le interesa “la política” (en este sentido de la palabra). A menos, claro, que ese artista crea firmemente en un proyecto político concreto y le interese apoyarlo, sin importarle cuanto pueda perjudicar su carrera. Muchos artistas hemos apoyado proyectos políticos concretos; yo no me arrepiento. Al otro lado de este espectro está el artista que está siempre subido en la tarima del de turno, y al cual prefiero no referirme.
Entonces, si la pregunta se refiere a la política en este sentido, mi respuesta es: “en general si, porque la política casi siempre lo ensucia todo”.
Pero supongo que no estamos hablando de la “Lid Política”, sino del complicado conjunto de principios, interacciones y relaciones que cataliza el vivir de una comunidad. En este contexto, yo creo que toda persona que vive en comunidad es una persona política, que todos cumplimos un papel político, que todos somos causantes de la realidad de nuestra comunidad, ya sea por acción o por inacción, que todos somos parte de este tener el gobierno que nos merecemos.
Yo creo que todo ciudadano debe tener una posición que derive en acción, frente a los asuntos que afectan a su comunidad. No tener – o no querer tener – una posición es en si una posición política; no tomar una acción es en si una acción; las dos a favor del orden establecido. Es tan culpable el que lo permite como el que lo hace.
El silencio es una acción inmensamente política. Nada más devastador, más grave para una sociedad, que “el silencio de los buenos” que tanto atormentaba a Martin Luther King. El silencio otorga. El silencio te hace cómplice.
Algunos ciudadanos somos artistas y hemos sido bendecidos con el poder de lograr que la gente nos escuche. Cuando nuestra voz puede ser escuchada por encima de la de la mayoría, nuestro silencio es también mucho mas fuerte. Nuestra falta mucho más grande, nuestra complicidad mucho más vergonzosa.
¿Deben los artistas mantenerse alejados de los temas políticos? Rotundamente NO.
¿El profesionalismo de los artistas implica aceptar contratos de cualquier bando político, o es necesaria cierta afinidad personal o ideológica para hacerlo?
Cada persona (en cualquier profesión) hace lo que puede para poder traer el pan a su casa. Cuánto está uno dispuesto a traicionar sus valores o ideología (suponiendo que los tenga) para logarlo, es una decisión totalmente personal que no me siento en posición de juzgar. Yo no prestaría mi música para difundir un mensaje diseñado para engañar a la gente, por ejemplo, ni tampoco me subiría a la tarima de un tirano. Pero (1) gracias a Dios no me he visto en la imposibilidad de llevar el pan a mi casa sin tener que acceder a estas opciones, y (2) no todos creemos en los mismos valores.
De lo que si estoy 100% seguro es de que el “profesionalismo” no tiene absolutamente nada que ver en esto. Un sicario también es “profesional”. El profesionalismo no es un desinfectante moral, en ninguna profesión.
¿Se puede decir NO a un político?
Por supuesto que si! Absolutamente. ¿Quién ha dicho lo contrario?
¿Cuánto vale la imagen de un artista? ¿Y cuánto ayuda su imagen a mejorar la de los políticos?
Vale mucho. Un artista es un referente para sus seguidores y la sociedad civil en general y es de invaluable ayuda para el manejo de la imagen de un político que por lo general no tiene acceso a muchos segmentos de la población. La primera campaña de Obama es buen ejemplo de un magistral manejo de esto.
¿Los artistas no arriesgan demasiado su imagen al aparecer -algunos constantemente- junto a políticos que, en algún momento, podrían caer en desgracia?
Totalmente, y en diferentes niveles. En algunos casos el artista cree de verdad en ese proyecto político y/o su ideología y está dispuesto a apoyarlo en las buenas y en las malas, asumiendo de buena gana el costo que ello signifique a su carrera profesional, quizás consciente de su rol en la comunidad. En otros casos el artista es del tipo cuya credibilidad no es importante para su público y puede pasearse de tarima en tarima sin empacho alguno. Supongo que la mayoría trata de llevar su carrera entre estos dos extremos.
¿La esencia de un artista es su libertad? ¿Cuánto se compromete esa libertad al aceptar contratos de los políticos?
No se si sea la esencia como tal, pero si algo que es definitivamente esencial para su expresión. Pero en nuestro medio, y en cuanto a música se refiere, esto es totalmente teórico. No existe en nuestro país ningún artista “famoso” (característica indispensable para que sea de utilidad para el político) que además hable de temas sociales o políticos con alguna profundidad que pueda incomodar al contratante. La mayoría de lo que se escucha en la radio y TV es muy ajeno al quehacer de la sociedad en general y, casi como regla, totalmente ignorante (no del no saber sino del elegir ignorar) de su realidad política. En esto el cine nos supera por creces.
En la actual coyuntura del Ecuador -una crisis económica- ¿las voces de los artistas deberían hacerse escuchar?
Yo creo que la voz de TODOS los Ecuatorianos debería hacerse escuchar: la del panadero, la del constructor, la del abogado, la del comerciante, la del doctor, la del profesor, la del estudiante, la del cura, la del taxista, la del gerente, la del astrólogo. Y si, definitivamente la del artista. El artista puede y debe ser la voz de la sociedad. Así lo ha sido a través de la historia, donde su voz ha sido “la voz cantante” de muchos cambios. Pero la del artista no puede ser la única voz. Si el hombre común no suma la suya, el silencio siempre será más fuerte.
Los artistas deberían involucrarse en causas como la defensa de los Derechos Humanos y denunciar los abusos al respecto?
Yo creo que si, pero nuevamente: esto es algo netamente personal. Yo creo que si la Vida te importa, si la Vida te inspira, si la Vida te da la esencia de tu arte, entonces estos temas tienen que importarte. No me imagino cómo podría no importarte, no afectarte, no indignarte. Y no me imagino cómo, teniendo el poder para hacer una diferencia, uno elegiría no hacerlo. Pero como dije antes, es una postura totalmente personal.
¿Cuál es su opinión respecto al gobierno de Rafael Correa? ¿Qué cree que ha hecho bien y que mal?
Mi sentir es siguiente:
Me entristece mucho el nivel de odio que se vive en nuestro país, alimentado sistemáticamente, maquiavélicamente, irresponsablemente, desde arriba. Yo creo que este es el peor mal de nuestros tiempos. “Que nos deja tan vencidos, separados, divididos; tan repletos de traidores; tan escasos de héroes”. Un hermano que se levanta contra su hermano, animado por su padrastro, para su beneficio y placer. Pasaran años antes de que estas heridas se cierren.
Me entristece mucho que un niño que crece en nuestro país tenga como modelo la violencia, el insulto, la altanería, la belicosidad, la calumnia, el engaño, el descaro, la arbitrariedad, el revanchismo (el solo concepto de la contramarcha, viniendo de quien es responsable por la seguridad ciudadana, es patético e infantil). Cualquier adelanto que se haya logrado en educación es vano en comparación con este daño. Pasarán generaciones antes de que esta afectación se erradique.
Me molesta el despiadado y permanente adoctrinamiento al que se somete al Ecuatoriano, la amedrentación, la agresión propagandista, la censura, la represión. Me aterra ver cuántos elementos de un estado fascista se van sumando silenciosamente al día a día del Ecuador, cerrando el puño del totalitarismo poco a poco, apretando cada vez un poquito más. Me preocupa cómo los mismos coidearios del régimen tienen que estar cuidándose de lo que dicen, mirando a sus espaldas, sumisos y obedientes para no despertar la ira del todopoderoso. Me preocupa cuantos traidores germinan a diario, en ambos lados.
Y claro, está además el rotundo desastre económico que ya no se puede ocultar y cuya larga cadena de estragos recién comienza a sentirse. Pasarán décadas antes de que logremos salir de este hueco.
Supongo que hay muchas cosas que se hicieron bien, o que al menos empezaron bien. Pero todo queda sepultado, cada vez más profundamente, por la insistencia en esta ruta hacia la aniquilación absoluta, defendida ciegamente a punta de eslogans y hashtags.
Creo que Correa tuvo una oportunidad histórica para hacer maravillas. Un gran apoyo popular y una increíble bonanza económica, entre otras cosas. Es una pena que haya fracasado tan estrepitosamente. Ahora hay que preocuparse de que en su caída no arrastre al país entero hasta el fondo.
Entiendo que hay una gran cantidad de personas que opinan exactamente lo contrario, y eso es bueno; yo podría estar muy equivocado. Y en el fondo preferiría estar equivocado, pero me temo que lo que les espera es un despertarse un día con el agua hasta el cuello, la vergüenza aguda de sentirse burlados y traicionados, y un espantoso chuchaqui de complicidad entre las sienes. Pasarán años.
¿Cree usted que en Ecuador hay democracia plena? ¿Sus instituciones como la Asamblea, Justicia, órganos de control, son sólidas e independientes?
¿Alguien cree eso?