«Cuantas veces entramos en una iglesia, aún hoy, y hemos visto la lista de los precios para el bautismo, la bendición, las intenciones para la misa. Y el pueblo se escandaliza«, dijo el Papa Francisco el pasado 21 de noviembre, y lo ratificó en enero, cuando añadió que «los sacramentos son gratuitos». Recordó que, recién ordenado sacerdote, conoció el caso de una joven pareja de novios que quería casarse con una ceremonia que incluyera la Misa, pero el párroco se negaba porque decía que la celebración no podía durar más de 20 minutos porque se ocupaban dos turnos. «Y para casarse con una misa tuvieron que pagar dos turnos, y esto es un pecado. Cuando vean estas cosas, tengan el valor de decírselo a la cara del párroco», reclamó escandalizado el líder terrenal de la iglesia Católica.
Estas palabras no han calado hondo en Guayaquil, en donde se siguen pidiendo ofrendas económicas, como un requisito más para contraer matrimonio eclesiástico. Y los costos varían, dependiendo de la iglesia escogida, lo que va estableciendo, sin que esté escrito en ninguna parte, la exclusividad de ciertos templos.

La iglesia Jose María Escrivá de Balaguer, santo y fundador del Opus Dei, en la vía a Samborondón. Aquí se pide $500 por ceremonia matrimonial, que incluye aire acondicionado, iluminación, sonido y seguridad en el parqueadero. Y $240 adicional si se desea la música nupcial. Para separarla, hay que dejar un abono, que no se devuelve si se cancela la boda.

En la Catedral la ofrenda que se pide es de $400. Incluye alfombra roja, cantante, músico y una joven de protocolo.

La Iglesia de la Merced, en pleno centro bancario de Guayaquil. La ofrenda es de $350 para los matrimonios.

Iglesia San Francisco, en las calles 9 de Octubre y Pedro Carbo. $220 en la iglesia principal y $100 si la ceremonia es en la capilla pequeña.

Iglesia en las calles Cuenca y Leonidas Plaza. La ofrenda se la establece en común acuerdo con el sacerdote de la parroquia.

Iglesia de la III Etapa de la ciudadela Mucho Lote, al norte de Guayaquil. Aquí se acepta lo que sea la voluntad generosa de los novios.
Un par de novios hizo su propio recorrido y terminó casándose el sábado 31 de enero en la iglesia de Urdesa Norte, con una contribución de $30.
«Las iglesias no pueden ser especuladoras porque la salvación es gratuita y es imposible perdonar cuando la casa de Dios se convierte en una casa de negocios», fueron las expresiones del Papa Francisco.