Los finales felices existen, aunque no suceden muy a menudo. Por eso la historia de Arthur, el can ecuatoriano que atravesó sin invitación ni preparación previa, junto al equipo sueco, todos los obstáculos que la naturaleza les impone a los participantes del mundial Aventura Huairasinchi Explorer que se desarrolló en Ecuador, merece ser contada.
Todo comenzó cuando Mikeal Lindnord, el capitán del equipo, compartió una albóndiga con un perro vagabundo y mestizo que se acercó mientras se preparaban para una caminata de 40 kilómetros. “Fue amor a la primera albóndiga”, diría Lindnord después. Los suecos no estaban solos. Varios equipos se alistaban junto a ellos para la ardua prueba. Por eso, solo cayeron en cuenta de que Arthur los seguía varios kilómetros después, cuando se sumergieron en el espesor de la selva.
A los suecos les sorprendió la tenacidad del can, que solo descansó cuando hicieron una parada. “Estaba destrozado, entonces abrimos dos latas de comida y le dimos ya que no podía encontrar ningún alimento en la jungla”, contó Linord en el portal de su equipo Peak Performance. Incluso, hubo ocasiones en las que el perro tuvo que luchar para no hundirse en el lodo. Lo ayudaron sus nuevos compañeros.
Nada lo detenía. Ni siquiera el frío caudal del río en el que se internó el equipó para atravesar 59 kilómetros en kayak. Este, por recomendación de la organización del evento fue dejado en tierra, pero apenas vio partir a los suecos se lanzó al agua y comenzó a nadar a su lado. “Era demasiado penoso y sentimos que no podíamos dejarlo ahí, así que lo recogimos”, recordaba el capitán. Podían escuchar a gente animándolos desde la orilla. Por el tamaño del perro, tuvieron que improvisar diferentes técnicas de remo, “para no darle una patada y mandarlo fuera de borda”. Arthur se mantuvo firme y en varias ocasiones se lanzó al río para darse un baño y estirar las patas.
El equipo sueco no ganó la competición ni quedó entre los primeros. Sí lo hizo el equipo español Columbia Vidaraid, que llegó segundo, por detrás del neozelandés Seagate y por delante del anfitrión Ecuador Movistar. Eso sí, Peak Performance llegó a la meta con un quito integrante: Arthur, como ellos mismo lo llamaron y quien los acompañó unos 400 kilómetros de los 700 que tuvieron que sortear antes de alcanzar la doceava posición el pasado 16 de noviembre. El resto sólo fue la consecuencia lógica que premia la lealtad.
De vuelta a la capital, Quito, y decididos a darle a Arthur el hogar que probablemente nunca tuvo, los jóvenes suecos emprendieron la maratónica tarea de preparar su viaje a Europa. En un par de días tuvieron que ponerle al can todas las vacunas que nunca se puso, conseguir permiso del Ministerio de Agricultura sueco, encontrar espacio en su vuelo que partía el miércoles, y reunir los fondos para pagar por el cuidado del perro durante un periodo de cuarentena que debe cumplir en el país escandinavo. Y lo lograron, casi todo a partir de donaciones.
Este jueves llega Arthur a Estocolmo, mientras en Ecuador, los amantes de las mascotas lo han definido como un símbolo de los perros callejeros, quien se ha ganado con sobra de méritos su nueva vida.
*La nota original fue publicada en Diario El Mundo