Las puertas de las habitaciones del tercer piso del hospital de la Policía en Guayaquil están abiertas durante las horas de visita. Todas, menos una. La 317, que además tiene seguro por dentro. La abre, esporádicamente, un policía que permanece en la entrada. El motivo, dejar pasar al enfermero para que le tome la presión al paciente que allí convalece. Ingresa y cierra la puerta de inmediato.
El paciente de la 317 es Jorge Heriberto Glas Viejó, llamado a juicio y acusado por la Fiscalía de violar a una menor de 13 años, que estudiaba en la escuela en la que el procesado era su director y propietario. Glas es el único ciudadano con orden de prisión, que no es policía, que está asilado en el hospital de esta institución. La acusación que tiene en su contra fue puesta hace tres años y nunca ha pisado una cárcel. Y eso que su hijo, el vicepresidente de la República Jorge Glas Espinel, marcó distancias con su padre y afirmó que no tiene ninguna relación con él.
Lo normal es que las personas que están enfermas y tienen orden de prisión, sean atendidas en el hospital Abel Gilbert, en el suburbio de Guayaquil.
Glas Viejó huyó del país a finales de septiembre de 2011, pocos días después de ser denunciado. Entonces, permaneció unas horas en la Fiscalía y luego fue puesto en libertad. Cuando las autoridades volvieron por él, no lo encontraron. A partir de ahí, su periplo ha incluido Brasil, Estados Unidos, Argentina y Paraguay. Solo fue detenido en Estados Unidos, pero no fue devuelto al Ecuador. Después pasó por Argentina y llegó por tierra a Paraguay, instalándose finalmente en Asunción.
De su detención en esa ciudad, en el populoso barrio de San Pablo, hay dos versiones. La del gobierno, que fue localizado gracias a las tareas de Inteligencia y de seguimiento de la Interpol. Y la de los abogados de la niña, que dicen que todo se dio por casualidad, debido a un rutinario operativo de control de documentos en San Pablo.
El hecho fue que, inmediatamente, ese mismo día 14 de mayo de este año, Glas Viejó fue subido en un avión por el jefe de la Interpol de Paraguay Fabio Sanabria. El diario ABC registró el hecho con una fotografía, en la que aparece el detenido en buena forma, con su cabello tinturado de negro.
Ya en Guayaquil, fue conducido de inmediato hasta el hospital de la Policía y de allí no ha vuelto a salir.
Sobre cuál fue el procedimiento para el ingreso a este hospital de Glas Viejó, quien tiene 74 años y doble nacionalidad -ecuatoriana y alemana-, no se ha informado nada. A un requerimiento hecho en la oficina de Relaciones Públicas, el director del hospital delegó la responsabilidad al Director Técnico de esta casa de salud, pero igual que su superior, prefirió no dar ningún detalle.
Ni siquiera los jueces estaban al tanto que el procesado ya estaba ingresado en este hospital. El 15 de mayo, el juez Virgilio Matamoros dispuso legalizar su prisión y remitir la correspondiente boleta al director del Centro de Privación de Libertad de Personas Adultas en conflicto con la ley.
Otro juez, Manuel Armas Proaño, presidente del Décimo Tribunal Penal que lo debe juzgar, el 16 de mayo avocó conocimiento de la causa y ofició al director de la cárcel para adultos mayores. El 26 de mayo, el juez Armas puso fecha para la audiencia de juzgamiento, que debía realizarse el 2 de junio, pero cuatro días después fue informado de la situación médica del acusado y que se encontraba en el hospital de la Policía. «Al momento, presenta cuadros anginosos esporádicos e inestabilidad hemodinámica, por lo que se recomienda reposo absoluto», dice parte del informe remitido por el cardiólogo Edy Valencia y el médico Intensivista Eduardo Troya.
La audiencia convocada para el 2 de junio no se dio y la causa fue la salud de Glas Viejó. A petición de la fiscal del caso, se realizó una nueva valoración clínica y el médico Jorge Córdova Ortuño concluyó que el hombre «se encuentra clínicamente inestable. Ha referido dolor en el pecho con inestabilidad de la presión arterial, que se tiene proyectado hacer un cateterismo cardiaco con angioplastia y colocación de stent al no ser realizado el procedimiento ante la lesión mencionada el paciente puede presentársele infarto agudo del miocardio (sic)». Por lo tanto, sugiere que «el paciente continúe su tratamiento médico especializado bajo control médico».
Ahora, la nueva fecha de la audiencia puesta por el juez es el 2 de septiembre. Y se realizará, por las consideraciones médicas, mediante videoconferencia, es decir, Glas Viejó se defenderá en el hospital.
El tema no ha dejado de comentarse en las redes sociales. Y el hashtag «Dónde está Glas Viejó» tuvo fuerza la semana pasada. Del gobierno, nadie toca el tema. Y eso que, en Twitter, el presidente de la República Rafael Correa fue invitado por Pedro Granja, abogado acusador, a que le compre un tarro de leche al niño de dos años que es hijo de Glas Viejó y la menor que lo denunció. El presidente bloqueó a Granja.