Normalmente, las muertes que se dan por un sismo o terremoto no suelen tener la intervención de las Cortes de Justicia. Pero a pedido de las autoridades -alcalde de Quito y Vicepresidente de la República-, la Fiscalía en Ecuador deberá investigar las circunstancias en que fallecieron dos trabajadores de la empresa china Sinohydro, que laboraban en la construcción de un nuevo puente en el momento que un talud los aplastó.
«Estas empresas deben estar siempre preparadas para estos hechos de la naturaleza», dijo el vicepresidente Jorge Glas.
El balance trágico de los temblores, el más fuerte de 5.1, son tres muertos, y se espera que no aumente el número. El otro fallecido es un niño de cuatro años, a quien le cayeron quintales de arroz sobre su cuerpo en el momento que la tierra de Quito se agitó.
Decenas de obreros de Sinohydros laboraban en la tarde junto al cerro Catequilla, avanzando en la construcción de un puente, parte de la extensión de la avenida Simón Bolívar, que servirá como una nueva ruta de llegada a la Mitad del Mundo.
Pasado el susto, al parecer llegó la hora de establecer responsabilidades. En realidad, esto comenzó a darse apenas horas después de los sismos.
Primero fue la cuenta oficial de la Presidencia de la República la que publicó en Twitter su hipótesis, que recibió muchos comentarios adversos en la red.
Más tarde, fue el propio presidente Rafael Correa, quien a la distancia, desde Guayaquil, estableció que «los derrumbes que hemos tenido en una vía en Quito es por minería ilegal, canteras ilegales» y recordó que su control era tarea de los municipios. El alcalde Mauricio Rodas respondió de inmediato: las minas de Catequilla están bajo el control de la Arcom, la agencia de control minero del gobierno.
Al día siguiente, se aclaró que debido al trabajo de las minas -ilegales o no- no hubo ningún muerto. Y en rueda de prensa, dada en conjunto por el vicepresidente Jorge Glas y el alcalde de Quito Mauricio Rodas, se pidió a la Fiscalía que intervenga por la muerte de los dos trabajadores.
Glas dijo que «claramente, la información nos indica que la empresa contratada por el municipio no cumplía las normas de seguridad industrial». Se refería a Sinohydro, la misma empresa china que construye en estos momentos la central hidroeléctrica Coca Codo, uno de los proyectos emblemáticos de este gobierno. Además tiene firmados contratos para construir carreteras en el sur del país, obras que se levantan con créditos del gobierno y la banca de China.
Rodas tardó solo minutos en dar su aclaración. Y sentado junto a Glas, informó que la ampliación de la avenida Simón Bolívar, era, en efecto, una obra municipal, pero que fue contratada en la gestión de su antecesor, el gobiernista Augusto Barrera, en mayo de 2013. Y añadió que era necesaria una revisión de las condiciones contractuales y laborales con las que se ejecutan estos trabajos.
Un vocero de la empresa china declaró que ya no hay más obreros víctimas. «Lo hemos confirmado, porque nos hemos dado el trabajo de llamarlos a sus casas, uno por uno».
La Fiscalía, hasta ahora, no hace público el nombre del agente que se encargará de llevar adelante las investigaciones.
El cerro Catequilla, en cuya cima está una ruina arqueológica y por donde pasa la auténtica línea de la mitad del mundo, en San Antonio de Pichincha. El alcalde Rodas pidió a la Agencia de Regulación y Control de la Minería, Arcom, que se suspenda la explotación de las canteras ubicadas en este cerro y también decidió, amparado en la declaratoria de emergencia, la suspensión inmediata de los trabajos de la constructora Sinohydro en el sector de Catequilla.