Fernando Albericio, primer rector de Yachay, el centro de estudios superiores emblemático del gobierno, reconoce que lo echaron. El académico español revela irregularidades en la gestión de la Universidad, gasto excesivo y su mala relación con los otros tres miembros de la Comisión Gestora.
Al final, Albericio dice estar triste, decepcionado y hasta atemorizado. Sus colaboradores más cercanos han recibido amenazas de muerte.
¿Usted está fuera de la Universidad Yachay?
Estoy completamente fuera de la Universidad de Yachay.
¿Por qué?
La gobernanza de la Universidad es compleja. Hay una Comisión Gestora con cuatro miembros académicos: Ares Rosakis, Guruswami Ravichandran, José Andrade y yo, y una secretaria jurídica. Los cuatro académicos teníamos voz y voto y la jurídica, solo voz. Entonces Ares, Chandram y José Andrade y yo teníamos los mismos salarios. Un salario muy generoso por parte del pueblo ecuatoriano, que es el que paga los salarios de sus impuestos. El salario público es de $16.300 al mes. Mientras que yo vivo y trabajo en Yachay, las otras tres personas viven en California y trabajan en otra universidad, Caltec, y tienen otro salario. Entonces teniendo estudiantes en California y trabajando allá, las cosas en Yachay se ven muy diferentes.
¿Usted era el único que estaba radicado aquí en Yachay?
El único que tenía domicilio aquí y el único que tenía un solo salario. Ellos ganaban $40.000, $35.000 o $30.000 al mes, de esos $16.000 de Yachay, de los ecuatorianos y el resto de California. Así se ven las cosas diferentes. Hubo una serie de divergencias. Usted más que nadie sabe, que la situación económica del Ecuador es hoy muy diferente a la de hace quince meses. Cuando hay problemas económicos es cuando hay que gestionar mejor el presupuesto. No se puede decir que los recursos son ilimitados.
¿Y las decisiones económicas en Yachay pasaban por los cuatro?
Por los cuatro. Pero tres viviendo en un mismo sitio, con intereses comunes. Siempre eran tres contra uno. No era democrático.
¿Usted como rector no tenía poder de decisión?
No tenía poder de decisión. Ni de gastos, ni de becas, nada. Eran siempre los cuatro. Aparte, como ellos no viven aquí, (los encuentros) eran por Skype cada dos semanas, muy complejo. Empecé a evidenciar problemas académicos e irregularidades económicas. Llegó un momento en que votaron tres contra uno y me echaron como rector.
¿Lo sacaron?
Me sacaron. Yo no he presentado en ningún momento la renuncia.
¿A qué tipo de problemas académicos se refiere que empezó a evidenciar?
Vamos a ver. Las mallas curriculares, por ejemplo. Nosotros conocemos la idiosincracia del estudiante ecuatoriano. Son muy inteligentes, pero creo y está refrendado por otros profesores, que les falta una base en matemáticas y en comprensión oral. No tiene sentido que se propongan clases de 60 alumnos, de 100 alumnos. En Alemania, en Estados Unidos, que es lo que me dijeron, hay clases de 100 alumnos. Aquí no tiene sentido.
¿Le propusieron esa cantidad de alumnos por aula y así se lo hizo?
No, eso lo he conseguido, que las aulas tengan un máximo de 30 alumnos. En Ecuador hay dos entradas a la universidad: unos lo hacen en octubre y otros en marzo, abril. Ellos querían una única entrada. Hay una expectativa importante por Yachay. No podemos decir a los estudiantes que no van a entrar hasta dentro de seis meses. Lo que pretenden es enviarlos a hacer prácticas, primero. ¿Cómo un niño, o un joven de 17,18 años lo envías a hacer prácticas? Toda la logística que demanda eso. Son cosas de no conocer la idiosincracia.
¿Y usted logró conocer esa idiosincracia en el poco tiempo que está en Ecuador?
Yo llevo 40 años en la Universidad. He sido profesor en cuatro continentes, en Asia, África, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Conozco mi profesión. Yo tengo un modelo de universidad que es iberoamericano, que no copiemos al norte. El norte no nos sirve. No podemos pretender que Ecuador sea como California, Massachusetts, Cataluña en mi país. Tenemos que hacer modelos que nos sirvan. Los iberoamericanos nos quedamos obnubilados por el Norte y creemos que podemos ser Stanford, Harvard. Si queremos ser Harvard dentro de cien años, debemos trabajar poco a poco.
(Los otros miembros de la Junta) querían pagar un millón de dólares a Carnegie Mellon (centro de investigación en EEUU) para enviar a cinco estudiantes allá. Era siempre el gasto».
¿Esa visión suya, de un modelo Iberoamericano, no era compartido por sus tres compañeros de gestión?
No, no.
¿Ellos querían ser como Stanford?
Sí, más como Carnegie Mellon (universidad ubicada en la ciudad de Pittsburgh y uno de los más destacados centros de investigación superior de los Estados Unidos en el área de ciencias de la computación y robótica). Yo proponía másters con otras universidades del área, ellos no. Querían pagar un millón de dólares a Carnegie Mellon para enviar cinco estudiantes allá. Era siempre el gasto, gasto, por parte de ellos.
¿Las siete carreras profesionales con las que arrancó Yachay, si tenían el aval suyo?
Sí, lo hubo. Pero estamos reformando las carreras porque fue pensar muy precipitadamente y esto también es una tarea.
¿Qué carreras se están reformando?
Todas, un poco. Porque, por ejemplo, habían demasiadas asignaturas. Tenemos que reducir. ¿Pero quién lo está haciendo? Los que vivimos en el área de Urcuquí e Ibarra, los profesores, los que estamos en contacto con los estudiantes, los que conocemos las falencias que tienen. Ellos lo querían hacer desde California.
¿Cada que tiempo venían a Yachay estos tres gestores?
Cada dos meses, cada tres meses.
¿Eso era insuficiente?
Sí, por ejemplo, José Andrade, que es el que ha estado más, ha estado en un periodo de seis meses, 28 días en Ecuador. Porque aparte de cobrar $16.300, cuando venían aquí cobraban viáticos, más de $300 diarios de viáticos, lo cual es un escándalo. A él se le ha pagado 28 días de viáticos, contando los viajes de ida y vuelta. Ares Rosakis, de 6 meses ha estado diez días en Ecuador. Y Ravichandran, 18 días en el periodo de seis meses. Y con un salario de $16.300.
José Andrade ha estado 28 días en un lapso de 6 meses en Ecuador; Rosakis ha estado 10 días en ese mismo tiempo y Ravichandran, 18 días. Y los tres ganan $16.300 mensuales».
¿Usted planteó este problema a alguna autoridad del gobierno?
Sí, se lo planteé a René Ramírez, de la Senescyt.
¿Cual fue la respuesta que tuvo?
Bueno, René Ramírez es político y me dio una respuesta política. Pero ya digo, no es el que estén poco tiempo aquí, no es que cobren mucho y estén poco tiempo, es que los necesitábamos. Si tu contratas una persona es para que trabaje, no para que esté en otro sitio. Llego un momento en que ellos dijeron: o ellos o yo. Y René pensó que era más fácil prescindir de uno y me dijo que el presidente había pensado que dé yo un paso al lado. No me lo creí porque el presidente no sabe nada. Y pensó que era más fácil que uno dé el paso al lado, que tres haciendo eso. Yo no he dimitido, no he dado un paso al lado.
¿No hubo algún intento de llegar a un acuerdo?
Por mi parte hubo un intento y hubo personas que mediaron, pero ellos no querían. Ahora, se estaban cometiendo irregularidades. Se estaban realizando consultorías que eran estériles, que no nos llevaban a ningún lado, estamos pagando contratos excesivos.
¿Puede dar más detalles de estas irregularidades?
Por ejemplo, en la contratación de profesores. Nosotros pagamos salarios muy altos si cumplimos la normativa del decreto 247, que hay que tener 100 publicaciones indexadas, para cobrar 13,140 o 15.000 dólares. Como en mi caso, yo tengo 760 publicaciones y cinco patentes. Pero hay personas que estamos contratando que no cumplen esto.
¿No tienen las 100 publicaciones y están ganando estos sueldos?
No tienen y están ganando estos sueldos.
¿Hay manejo político en estas contrataciones?
No, quiero decir claramente que no, sino que es un problema interno de la universidad. No hay palanqueos políticos, lo afirmo tajantemente.
Se está pagando $1.700.000 (para reclutar autoridades por medio de un cazador de talentos) y es mucho dinero».
¿Se contratan estos profesores sin ese perfil, porque tal vez no existen en buen número con ese requisito alto?
Pero la ley no dice eso. La ley está para cumplirla.
¿Puede ampliar el tema de las consultorías innecesarias?
Debimos haber sido mucho más cuidadosos con una que se hizo con un cazador de talentos. Era para contratar lo que ellos llaman autoridades. Se está pagando $1.700.000 y es mucho dinero.
¿El objetivo específico cuál es?
Contratar a decanos y a jefes de departamentos. Se los está buscando en cualquier sitio. Con esta consultoría se está pagando mucho dinero, por ejemplo, en logística para candidatos, viajes, estancias con la esposa, con el esposo. Cosas que son un poco…
¿Se paga viajes y estancias hasta para las parejas?
Sí.
¿Con qué presupuesto pudo haber manejado usted este mismo proceso? ¿Con la mitad, tal vez?
Con la mitad, y menos.
¿Es decir, $1.700.000 bajado a la mitad y hasta menos, para obtener los mismos resultados?
Para un resultado en el que no hemos conseguido lo que queríamos. Buscábamos once personas y hemos conseguido cinco o seis únicamente. Ahora toca hacer contratos complementarios.
¿Cuál era el plazo de ese contrato?
Tenía que haber acabado en marzo, en realidad tenía que haber acabado en diciembre pero hubo extensión hasta marzo.
¿Usted encontró que en este tipo de contratos haya indicios de corrupción?
Yo hablaría de irregularidades. Corrupción es cuando alguien se beneficia. Creo que, en principio, no tengo ningún dato que hable de corrupción. Irregularidades. Si en una empresa tienes que hacer esto, esto y esto, y te pagan así no cumplas, eso no es corrupción. A no ser que el que te paga sea tu hermano.
¿Las contrataciones que se han hecho en Yachay han sido transparentes?
No tengo ningún indicio que no haya sido así. Pero yo he parado algunas consultorías. Es muy fácil encargar consultorías en las que muchas veces los productos no están muy bien definidos. Otra consultoría que también paramos, era para hacer un análisis de los doctorados que necesitaba Ecuador. Eso ya lo sé: todos. No era necesario pagar $450.000 para que te digan esto. Que venga una persona que no sabe nada de Ecuador, nada de doctorados, no tiene sentido esto. Sí, yo creo que hay demasiadas consultorías en Ecuador.
En marzo, hubo la rendición de cuentas de las autoridades de Yachay. ¿No fue esa una buena ocasión para que sepan estas cosas?
Posiblemente, perdí yo una oportunidad. Pero bueno, la crisis más fuerte ha empezado en los últimos meses, a partir de febrero. Tampoco daba tiempo para hacer una reflexión de este tipo. Y en el presupuesto del año que viene, hay consultorías para reformar el campus, para hacer una serie de cosas que son estériles desde mi punto de vista.
¿Buscó la oportunidad de hablar con el presidente de la República?
Intenté hablar con él, he llegado muy alto, pero siempre te cuesta hablar con el presidente. No pude hablar con él.
¿Cuál es la situación actual en Yachay?
Yo fui despedido, hay un rector interino, porque José Andrade no va a venir a vivir a Ecuador, tiene su vida en California y se elegirá otro rector en unas semanas.
¿No será elegido José Andrade?
Yo creo que no, porque él no va a venir a vivir a Ecuador. Y para esto es necesario vivir acá.
¿Hay un problema laboral con su despido?
No. Todo es legal, en ningún momento he tenido ni un problema, ni reclamo nada. Me pagarán supongo el último mes hasta los días que he trabajado y ya. Yo tuve una nominación del presidente y se me ha quitado la nominación. Ya, no hay ningún problema.
¿Usted vino para quedarse cinco años y cuál es su situación ahora?
Yo vine para morirme aquí. Yo me mudé definitivamente. Esta casa es nuestra, si no hubiese pensado quedarme aquí no hubiese comprado esta casa.
¿Y ahora qué va a hacer?
Tomarme cuatro semanas de reflexión y luego veremos. A España no voy a regresar, pero saldré de Ecuador. Somos científicos, tanto yo y mi esposa, tenemos un proyecto en colaboración con otras universidades del mundo, estamos muy ilusionados con unos compuestos que son muy activos contra la tuberculosis y esperamos salvar muchas vidas con estos compuestos.
¿Siente usted que creyó en una propuesta y en la realidad se topó con otra cosa?
Sí, totalmente. Y la culpa no la tiene ni el gobierno ni Correa, lo digo claramente. Lo tiene, a lo mejor, una estructura mal diseñada de la gobernanza de la universidad. No puede ser que esta dependa de cuatro miembros, con votaciones, no puede ser. Y que tres tengan un voto colegiado.
(Los otros miembros de la Comisión) son tres personas que trabajan juntos (en California), que tienen intereses de perpetuación, son $16.300, son muchos dólares.»
¿Alguna universidad funciona así?
Ninguna. Es pionera en el mundo. Las universidades tienen un rector que es el que manda, como una empresa, y tiene un consejo de asesores.
Pero Yachay funciona así desde el principio. ¿Usted mencionó sus reparos a esta estructura?
A lo mejor cometí el error de aceptar. No tenía que haber aceptado. Y menos viendo que hay tres personas que tienen voto colegiado, que están coordinados. Son tres personas que trabajan juntos, que tienen intereses de perpetuación, son $16.300, son muchos dólares que cobran. A lo mejor fue mi error haber venido, haber aceptado.
¿Quién lo convenció de venir a Yachay?
Yo mismo. La propuesta me la hizo la empresa pública, pero yo vine atraído por un proyecto, por un país, por un gobierno. Considero que el presidente Correa tiene una buena estrategia a nivel de ciencia y tecnología.
¿El proyecto Yachay, como ha avanzado este año?
Creo que hemos hecho muchas cosas. Tenemos 615 estudiantes, tenemos laboratorios de docencia perfectos, tenemos viviendas, buenos profesores.
¿Los estudiantes lo han apoyado en estas circunstancias?
Total, tengo 450 firmas de estudiantes, que equivale al 75% del total, otros por logística no pudieron y otros que no me conocen bien, no firmaron e hicieron bien en no firmar.
La expectativa que puso el gobierno en Yachay, ¿es real? Porque en medio de la crisis política que vive Ecuador, se ha puesto a Yachay como un símbolo del despilfarro. Y hay gente que piensa que primero se debió fortalecer las universidades públicas que ya existen y necesitan recursos.
A ver, hay dos Yachay. El de Yachay, ciudad del conocimiento y Yachay universidad. Entonces confundimos las inversiones. El Yachay de la ciudad tiene un presupuesto muy alto y nosotros tenemos un presupuesto más adecuado a una universidad. Yo creo que había que hacer esto, crear nuevas universidades. Muchas veces es más conveniente empezar de cero, que hacer retoques. Creo que el presidente Correa y el entonces director de la CEACCES Guillaume Long fueron valientes y tomaron una decisión correcta, como cerrar 14 universidades que no merecían llamarse universidades y crear cuatro. En este momento, yo sí creo que toca hacer un reajuste económico de los puestos. No podemos pensar que el precio del barril de petróleo está a $100, cuando está a $46 y continúa bajando, y debido a la entrada en el mercado de Irán, seguirá bajando. No podemos continuar gastando como si no pasase nada. Hay que pararse, reflexionar y a lo mejor, pues, si teníamos que crecer en cuatro años, puede ser ahora en siete, en ocho años, en diez. Dentro de 100 o 200 años nadie se acordará si fuimos más rápidos o más lentos.
¿El reajuste es inevitable? Tal vez eso no entendieron sus tres compañeros de gestión.
No quisieron entender. Vivían en California, tampoco son conscientes de la realidad. Tú hablas con los ecuatorianos y encuentran los precios más caros, todo está más caro, estamos conscientes de eso. Somos un proyecto emblemático pero tenemos que crear un proyecto sostenible. Imagínate que tienes medio millón de dólares y te compras una casa que cuesta eso, pero eso no lo puedes mantener. No puedes tener una casa con dos piscinas, con un jardín inmenso porque no puedes pagar un jardinero. Hay que crear proyectos sostenibles. Es nuestra obligación, hay competencia entre universidades públicas, competimos con la Central, con la Espe, con la del Norte, la de Chimborazo. Debemos tener las mismas reglas de juego.
Los estudiantes de Yachay, ¿qué tan leales son al proyecto político del gobierno de Correa?
Yo creo que son muy leales al proyecto político del gobierno.
¿Y eso es bueno o malo para la universidad?
Yo creo que estar contento con tu gobierno es bueno.
¿Como influye eso en las corrientes universales del pensamiento que deben primar en la universidad?
No ha habido nunca influencias por parte del gobierno en el ideario de la universidad. Los estudiantes pueden estar agradecidos con el presidente Correa porque está pensando en ellos, pero no es una comunión política con el presidente Correa.
¿Una cosa es agradecimiento y otra la militancia?
Si un gobierno te trata bien, tienes más tendencia. En España, por ejemplo, los gobiernos de derechas no están tan bien en la universidad. Normalmente los académicos no votamos por el Partido Popular, el partido de derechas. Si te tratan bien, tienes tendencia.
¿Eso no resta el espíritu crítico que debe existir en una universidad, que además pretende ser emblemática en el Ecuador?
No, para nada. No tenemos escuelas filosóficas o políticas. Tenemos total libertad para desarrollar el proyecto como nosotros queramos.
En Ecuador se extraña la voz de la universidad cuando el país atraviesa situaciones complejas. Puede ser una guía, orientación, cuando se necesitan escuchar voces desde la academia. ¿Yachay no era la esperanza para eso?
No conozco lo suficiente en Ecuador, pero en España pasa eso. Falta la voz de la universidad mientras que en Estados Unidos siempre está presente. Estoy totalmente de acuerdo, falta. Nosotros vamos a los medios de comunicación para hablar de nosotros mismos. Ahora José Andrade está yendo a los medios de comunicación diciendo soy el nuevo rector interino, bla, bla, bla, para hablar de nosotros mismos. Falta la residencia en muchos temas.
¿Usted hubiese llevado Yachay a ese punto, a que la voz de Yachay se escuche en Ecuador?
Nuestro objetivo era convertirnos en líderes y dinamizadores. Estoy respondiendo a la pregunta.
Al final funcionó esto como un golpe de Estado. Alguien dijo el nuevo rector es José Andrade. Salió en la televisión y ya está».
Usted quedó fuera de Yachay y de su consejo de Gestión por decreto del presidente Correa. ¿Le sorprendió el decreto?
No, soy sincero, no. A lo mejor pensaron de mí, al principio, que soy un hombre de paja y no lo soy. Tengo un criterio, 40 años de universidad, tengo mi propio ideario, no voy a ser un hombre de paja. A lo mejor era para ahorrarse problemas posteriores.
¿No hubo nadie del gobierno que lo apoye?
Hubo gente que apoyó, pero al final funcionó esto como un golpe de Estado. Alguien dijo el nuevo rector es José Andrade. Salió en la televisión y ya está.
¿Quién tomó finalmente esa decisión?
Los tres de California.
¿Le molestó que se haga público su sueldo y se lo muestre como el ejemplo del gobierno en la incoherencia de sus políticas?
Ya digo, no era mi sueldo, era el sueldo de los cuatro. No me molestó porque es verdad. Hay que desmitificar un montón de temas, entre ellos, el dinero. Creo, modestamente, que me gano el sueldo. No puedo decir de los demás. Es un sueldo muy generoso, pero he dado siempre las gracias al pueblo ecuatoriano por pagarme este salario. Pero he hecho todos los esfuerzos para ganármelo. Hasta ahora me preocupo por los estudiantes. Me hubiese molestado si hubiesen dicho que tenía un coche Mercedes regalado por el gobierno, lo que es falso, pero han dicho la verdad. Yo asumí que iba a tener un salario que podía parecer escandaloso para mucha gente. Pero repito, yo vivo aquí, yo trabajo aquí. He intentado ganármelo de una forma honesta.
¿Se siente maltratado por la forma en que lo sacaron?
Sí. No me ha pasado esto antes. Me siento triste, decepcionado y aunque no soy un cobarde, hasta cierto punto, atemorizado.
¿Y eso por qué?
Porque gente de mi círculo están recibiendo amenazas de muerte. Me dicen que en Ecuador es normal esto, pero creo que en ningún país del mundo esto es normal.
No es normal en Ecuador recibir amenazas de muerte…
Estoy un poco atemorizado, son gente inocente. Creo que en Ecuador nunca he presenciado una escena violenta.
¿Y amenazas de qué tipo? ¿Telefónicas?
Sí, a gente de mi círculo.
¿Qué hay tan delicado que no se puede saber para que se llegue hasta las amenazas de muerte?
No sé, por supuesto que estoy atemorizado un poco. Yo no he recibido amenazas. Otros colaboradores míos han sido despedidos, por estar cerca de mi círculo. Son técnicas que me asustan y me son difíciles de entender. Otros han renunciado, otros se van a ir.
Gente de mi círculo está recibiendo amenazas de muerte. Estoy atemorizado. Me dicen que en Ecuador es normal eso, pero creo que en ningún país del mundo puede ser normal que te amenacen»
¿Hay algún riesgo que estas salidas desestabilicen un poco el proyecto Yachay?
Una desestabilización no ayuda, no es positivo ni mucho menos. Pero, vamos. Es el momento de hacer una reflexión. Si se hace bien la reflexión y se toman medidas, el proyecto debe perdurar y debe continuar. Pero si continúas pensando que los recursos son ilimitados, el proyecto no va a funcionar. Porque vas a construir muchas piscinas y muchos jardines en una casa y después no tendremos agua, ni cloro, ni jardineros, para mantener la casa. Hay que ser muy, muy precavido.
¿Y aun así, no piensa dejar Ecuador?
Yo me quedaría pero los académicos necesitamos, como todos, tener un trabajo, un salario y una ocupación. Yo soy un científico activo, espero tener mi laboratorio pronto para poder concentrarme en mis investigaciones sobre la tuberculosis.
Si antes era correísta sigo siendo correista»
En el decreto del presidente en el que nombra al nuevo miembro de la Comisión Gestora de Yachay, ni siquiera le da las gracias a usted.
No he caído en este tema. Vamos a ver, no lo necesito. El pueblo de Urcuquí me ha dado las gracias. Para mí esto es más importante que una frase hueca escrita por un burócrata en un decreto presidencial. Es mucho más importante que el alcalde de Urcuquí, un cantón de 15.000 habitantes, me dé una placa y reconozca el trabajo que he hecho con la comunidad, con su gente mayor. Es más importante que vengan a casa la gente que limpia en Yachay, gente humilde que ha venido a dar las gracias. Prefiero este reconocimiento a una palabra fría en un decreto presidencial. Yo estoy convencido que el presidente Correa me aprecia y puedo decir que si antes era correísta, sigo siendo correísta.
¿No es esa también una frase elaborada para congraciarse?
No, yo tengo 62 años, yo estudié mis últimos años de carrera universitaria durante la dictadura de Franco. Si me pones en la discusión de derechas e izquierdas, aunque ahora suene ridículo, yo soy de izquierdas.
Yo hablo del correísmo como tal y las previsiones que mucha gente hace de lo que se viene, es que el futuro no será nada fácil.
No, no es nada fácil. No podemos estar viviendo como si no pasase nada. En España pasó esto y un día, un presidente de izquierdas, Rodríguez Zapatero, nos dio la noticia que somos pobres, nos sorprendió. Y eso porque todos hicieron ajustes, menos España. Entonces, aquí, hay que tomar medidas. Yo espero que el presidente Correa tome medidas, hay que contener el gasto público. Yo, con un presupuesto pequeño en comparación al presupuesto de la República, he intentado contener el gasto público. Eso no quiere decir que se deje de comer, pero hay que ver cuales son las prioridades. A lo mejor, una asesoría para rediseñar el campus no es necesario si el campus está rediseñado. Hay que ser conscientes y hay muchas partidas que puedes rebajar.
Marlon Puertas