Por Marlon Puertas Una vez comí sapo. Para los sensibles les sonará asqueroso, para los apasionados o seguidores de la poesía de María Fernanda Espinosa, resultará algo erótico. Pues ni lo uno ni lo otro. En un restaurante chino de mala muerte, en los suburbios de París, pedí ancas de rana por el solo hecho […]