Mónica tiene 35 años y una determinación admirable. «No me voy a morir», advierte a todo aquel que repare en ella indicios de una enfermedad. No hay tiempo para pensar en esas cosas, porque tiene mucho trabajo pendiente. Ella es la secretaria de uno de los dos juzgados Penales que funcionan en Durán y, a primera vista, aquí hay mucho por hacer. A Mónica Moreira Cedeño le detectaron un cáncer avanzado.