Que hubo golpes. Que sobró la represión y el abuso. Que entre los agredidos hubo niños, mujeres, hasta una embarazada. Que todo esto puede constituir incluso un delito de lesa humanidad, ejecutado por el gobierno de Ecuador. A gritos se expresaba así, como para que lo escuche todo el mundo, el cubano Juan Antonio Peña Pérez, quien estaba indignado al pie de la oficina de la Unidad de Flagrancias de la Fiscalía, en Quito, quince horas después del desalojo que ejecutó la Policía en el parque El Arbolito.